Sayri Ulcuango, de 15 meses de edad, se convirtió el pasado viernes en el segundo menor que muere ahogado este año en uno de los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) de Imbabura. El pequeño fue enterrado el lunes último en el cementerio de la parroquia San Rafael, en Otavalo. 

José Tabango, quien vive frente a la guardería ubicada en la comunidad Tocagón, dijo que  no le gustaría que a causa del suceso se produjera el cierre del centro infantil. “Solo exigimos mayor seguridad y una mejor selección de las personas que trabajen aquí porque la responsabilidad en este caso es de una de las promotoras (madre comunitaria). Fue ella quien  dejó solo al niño. Por eso huyó de la comunidad y ahora lamentamos la muerte de Sayri”, manifestó.

El centro donde ocurrió la tragedia se encuentra actualmente  intervenido  por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), al menos hasta que se aclare el asunto. Diariamente asistían a él 35 niños. Shanon Cadena, coordinadora regional del MIES, lamentó lo sucedido y dijo que esa cartera de Estado presentó la denuncia en la Fiscalía para que la responsable fuera capturada y castigada por la ley.

La funcionaria explicó que el MIES-INFA en Imbabura se encarga del financiamiento, la implementación, control y seguimiento de los CIBV. “De la contratación de las madres comunitarias, técnicos parvularios o promotoras se encargan las entidades ejecutoras que administran los centros, como juntas parroquiales, municipios, gobiernos provinciales e instituciones privadas”, aseguró.  

Cadena comentó que en marzo, cuando se registró el primer fallecimiento, el de una menor de 18 meses en un CIBV en Cotacachi, la responsabilidad también recayó en las dos madres comunitarias que trabajaban en la guardería Sumac Muyo de la parroquia Imantag, administrada por el Municipio de ese cantón. En esa ocasión, la menor cayó en un pozo séptico ubicado a más de 60 metros de las aulas de clases y también se ahogó.

Por ello, ese centro, al igual que otros 23 CIBV, fueron cerrados en Imbabura por no cumplir con las especificaciones de seguridad exigidas por el MIES, acotó Cadena.

Actualmente hay en Imbabura 197 Centros Infantiles del Buen Vivir que acogen a más de siete mil niños. Y como complemento, está en marcha también el proyecto “Creciendo con nuestros hijos” que otorga asistencia alimenticia, psicológica y educativa a 12.657 menores.  

Entre tanto, Sebastián Ulcuango, padre del pequeño Sayri, reclamó durante el velorio y entierro de su hijo la acción de la justicia. En los próximos días, los padres del menor fallecido también presentarían una denuncia en contra de la supuesta responsable.