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El Telégrafo

Fue un referente histórico de la lucha indígena en el Ecuador

Pesillo despidió hoy con música y palabras de admiración a Neptalí Ulcuando (GALERÍA)

Fotos: Marco Salgado/ EL TELÉGRAFO
Fotos: Marco Salgado/ EL TELÉGRAFO
03 de abril de 2015 - 11:56

Neptalí Ulcuango, dirigente indígena histórico, fue velado y enterrado hoy en su comunidad natal de Pucará de Pesillo, perteneciente a Cayambe, en el norte de la provincia de Pichincha.

Falleció a las 04:30 de miércoles pasado, a causa de una fibrosis pulmonar y tras estar internado del 5 al 20 de marzo pasado en el Hospital San Francisco, ubicado en el sector de Carcelén, en el norte de Quito.

Tal vez presintiendo su muerte, el último deseo de Neptalí fue que lo lleven de vuelta a su amada comunidad natal de Pucará de Pesillo. Ante tanta insistencia, a los médicos no les quedó más que darle el alta, pero asistido con oxígeno dado sus problemas respiratorios y su delicado estado de salud.

“Para qué me trajeron acá (al hospital), quiero estar en mi casa con mis hierbitas para yo mismo curarme”, reclamaba Neptalí a los médicos, a su hijo Francisco y demás familiares y allegados, por lo que el 20 de marzo salió con el alta voluntaria y lo llevaron a Pesillo, hasta que miércoles 1 de abril finalmente falleció.

Previo a su deceso, el martes 31 de marzo se puso muy enojado y comenzó a alucinar al asegurar que veía imágenes.

El miércoles fue velado en la intimidad familiar en la comunidad de Pesillo, mientras que el jueves y hoy viernes se permitió el paso a habitantes de la zona, a otros líderes indígenas, amigos y público en general que conoció del gran aporte de Neptalí en la lucha indígena.

Con música lo despidieron este viernes, lo cual -según explicaron en la comunidad- es una tradición que se la utiliza solo en los velorios de grandes personalidades indígenas.

Además, algo que se repartió en abundancia durante el velorio fue comida, elaborada con los productos propios de la “madre tierra” que tanto adoraba y respetaba Neptalí.

Ramos de flores adornaron su féretro, uno de los cuales fue enviado por el presidente de la República, Rafael Correa, así como por parte de organismos públicos y organizaciones sociales, en algunas de cuyas tarjetas y carteles se destacaba y reconocía el aporte de la lucha indígena dejada ahora como herencia por Neptalí.

“No quiero que lloren cuando me muera, no quiero que estén tristes”, les pidió a sus familiares. Por ello, este viernes también había música y no todos estaban tristes.

El sepelio, sin embargo, se desarrolló en medio de un intenso frío propio de la serranía de esa zona, en donde el viento golpeaba este día con fuerza en el patio grande de la casa de Neptalí, lugar en el que fue velado ante la atenta mirada de respeto y cariño de propios y visitantes.

En la despedida de Neptalía estuvieron incluso varios de sus exalumnos, ya que fue uno de los primeros maestros de las escuelas bilingues de Pesillo y de varias comunidades de Cayambe y de la provincia de Pichincha e Imbabura.

María Isolina Ulcuango, de 92 años de edad, única hermana de Neptalí, se preguntaba en voz alta este viernes: “¿Por qué hermanito me dejas sola, por qué te vas. Siempre te vamos a recordar por las luchas que hiciste por tu comunidad”.

Pablo Guaña, habitante de la zona y quien trató de cerca a Neptalí, indicó que para la cosmovisión andina la muerte del líder histórico representa solo una partida, ya que “pronto regresará, pues se pierde a su persona en lo físico, pero su pensamiento no, él va perdurar en nuestras generaciones al igual que la líder indígena Tránsito Amaguaña, y porque quedan otras personas que están con los mismos pensamientos revolucionarios que los aprendieron de ellos”.

Hablar de Neptalí es hablar de los comienzos de la lucha indígena

En reiteradas ocasiones, Neptalí se refería a su lucha y de cómo sus comienzos fueron “en brazos y en la espalda de Tránsito Amaguaña”, conocida como “Mama Tránsito”, nacida el 10 de septiembre de 1909 en Pesillo, quien era la única mujer dirigente sobreviviente de los grandes levantamientos indígenas de Cayambe, efectuados en la primera mitad del siglo XX, previos a la reforma agraria.

Nela, una de las hijas de Ulcuango, contó hace poco que su padre estaba enfermo y que lo habían  visitado algunas personalidades de la política nacional y amigos.

Neptalí Ulcuango, de 94 años de edad, era el fundador de la Federación Ecuatoriana de Indios, la semilla de la Ecuarunari (Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador, que se creó en junio de 1972).

Sin embargo, quienes conocían a Ulcuango aseguraban que hablar de él es hablar de los comienzos de la lucha indígena. De allí que era considerado un “dirigente indígena histórico”, cuya lucha le  significó ser encarcelado en Quito, por sus actividades políticas.

Fue parte de una lucha que décadas atrás, como en los años cuarenta por ejemplo, con la participación indígena en la “Revolución Gloriosa”, demostró que los indios habían comenzado a hacer presión con demandas que iban más allá de cuestiones agrarias estrictos sobre la tierra o temas étnicos de conservación cultural: cada vez, con más intensidad, los indígenas establecieron alianzas con no indígenas para luchar por cambios estructurales fundamentales en toda la sociedad ecuatoriana.

Neptalí solía contar que tras la muerte de su madre (Mercedes Ayala Ramírez), siendo aún un infante, se crió junto a su hermana mayor y a Tránsito Amguaña, quienes pese a no ser familiares sino vecinas, iban juntas al trabajo de la hacienda, a realizar las labores de agricultura.

“Tránsito me trataba como a un hijo, de cariño me decía “Zambo y de pequeño me cargaba, por eso digo que parte de mi vida yo soy criado en las espaldas de Tránsito Amaguaña”, contaba.

Decía que Tránsito Amaguaña representaba la solidaridad social, humana y humanitaria, y que eso les costó, por ejemplo al papá de Neptalí, que le “metan una senda garrotiza” en la hacienda en donde trabajaban.

El 13 de mayo de 2009, durante las honras fúnebres que se efectuaron a Tránsito Amaguaña en la comunidad de La Chimba, en Cayambe, al norte de la provincia de Pichincha, el presidente, Rafael Correa, y el entonces titular de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, entregaron una condecoración póstuma al mérito político de la líder indígena.

Allí, Ulcuango destacó que su aspiración era que el deseo que motivó la lucha de Amaguaña por el reconocimiento de los derechos indígena “se siembre en el corazón de todos los indios, indias, del pueblo ecuatoriano y del señor Presidente de la República”. Incluso, destacó que “ahora más que nunca, necesitamos y esperamos justicia”.

El mandatario y el presidente de la Legislatura, en cambio, resaltaron entonces la dedicación de “Mamá Tránsito” y del mismo Neptalí en la defensa de los derechos humanos de las mujeres indígenas del Ecuador, así como su manifestación de humildad, rebeldía y sabiduría.

La Revista Yachaikuna, No. 2, de diciembre de 2001, recoge que Ulcuango era parte de los indígenas cayambis que décadas atrás luchaban por conseguir los cambios que ellos desearon en su lucha para una sociedad más justa e igualitaria.

Esto, porque por ejemplo en las áreas rurales como Cayambe el poder político y económico antes permanecía totalmente en las manos de la misma clase hacendada que explotaba y no accedía a las reivindicaciones de los indígenas.

Neptalí, junto a otra líder histórica indígena como lo fue Dolores Cacuango, quien en 1.945 representó al Ecuador en el Congreso de la Confederación de Trabajadores de América Latina reunido en Cali (Colombia, para escapar de la ignorancia que circundaba a los suyos ayudó a fundar las Escuelas Comunitarias Indígenas del Ecuador, con enseñanza en quichua porque los niños no sabían hablar el español.

Tránsito Amaguaña, Dolores Cacuango y Neptalí Ulcuango, por ello, personificaban la lucha de las comunidades indígenas por el derecho a vivir con dignidad y ser reconocidas como parte fundamental de la población ecuatoriana.

La primera Escuela Comunitarias Indígenas del Ecuador fue levantada en terrenos del sindicato “Tierra Libre" en Yanahuayco (Cayambe). Después vendrían otras en Chimba, Pesillo y Moyurco, dirigidas por los maestros indígenas Alberto Tarabala, Neptali Ulcuango y José Amauaña, respectivamente.

Ulcuango, entonces, estuvo ligado a las luchas por la educación en el Movimiento Indígena, la reivindicación agraria y social de los indígenas y su incidencia en el cambio social especialmente en Cayambe, cantón ubicado al norte de Quito, en donde nacieron dirigentes indígenas como Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña. allí también surgieron las primeras organizaciones indígenas y este proceso apuntaló elementos que, posteriormente, configurarían el movimiento indígena del Ecuador.

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