México D.F.

El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, estimó el pasado viernes que México actuó con “inmediatez” ante la masacre de 72 inmigrantes centro y suramericanos perpetrada en 2010 en el estado mexicano de Tamaulipas (noroeste).

“No me queda más que agradecer el apoyo que nos dieron. Muchísimas gracias, ustedes actuaron con inmediatez”, dijo el canciller en Ciudad de México durante una conferencia de prensa que ofreció con su par mexicana Patricia Espinosa.

En agosto de 2010, un total de 72 inmigrantes de El Salvador, Honduras, Guatemala, Ecuador y Brasil fueron secuestrados cuando intentaban llegar a Estados Unidos y fusilados en una hacienda de San Fernando, Tamaulipas (fronterizo con EE.UU.), un crimen atribuido por el gobierno mexicano al cártel de narcotraficantes conocido como  Los Zetas.

La policía de aquel país reportó el 17 de junio la detención de un ex militar y jefe de Los Zetas al que vincula con la matanza. Unos 14 policías fueron también detenidos por ayudar a los narcotraficantes en el secuestro de los indocumentados.

El único sobreviviente ecuatoriano de la masacre fue el ciudadano Freddy Lala Pomavilla, quien inmediatamente fue repatriado gracias a gestiones de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami).

El Gobierno Nacional, una vez que el compatriota regresó a suelo ecuatoriano, dispuso el monto de 72.000 dólares para su protección y la de su familia. Desde su llegada, Lala ha formado parte del programa de protección de testigos que supervisa la Fiscalía General del Estado.

Funcionarios del Gobierno Nacional tuvieron que desmentir hace pocas semanas una supuesta desatención gubernamental hacia Lala, quien, según denuncias de la Senami, estaría siendo manipulado por personas ajenas al caso.