Muerte de su hijo le cambió la vida
Patricia Cárdenas jamás imaginó que una fisura en el a la derecha de la nariz de su pequeño hijo terminaría en un fatal desenlace a causa de una negligencia médica.
Corría la tarde del 4 de diciembre de 2002 cuando Carlitos, de dos años de edad, jugaba en un almacén de calzado. El niño perdió el equilibrio, cayó de una silla y sufrió una lesión en el tabique derecho, lo que le provocó un intenso sangrado.
Su madre lo trasladó de inmediato al hospital Roberto Gilbert Elizalde, al norte de Guayaquil, donde un médico de turno controló el sangrado, pero le indicó que tenían que suturar la herida con dos puntos, un proceso que no llevaría más de 20 minutos, según el galeno.
Mientras esperaban para dar inicio a la intervención quirúrgica, Carlitos jugaba y su madre lo observaba sin pensar que sería la última vez que lo vería con vida. Una sobredosis de anestesia dejó al menor clínicamente descerebrado.
“Los médicos no me decían nada y en la madrugada, después de tanta insistencia, me informaron que a mi niño le había dado un paro cardiorespiratorio y que estaba en cuidados intensivos. Mi reacción fue desmayarme, porque nunca imagine que por una herida de una sutura de dos puntos mi hijo iba a quedar en ese estado”, relata Cárdenas.
Después de 21 días Carlitos falleció y desde entonces su madre ha luchado y usado todos los medios que ha tenido a su alcance para exigir una sanción por este caso de negligencia médica. Sin embargo, en las cortes del país Cárdenas no ha encontrado respaldo. A pesar de que el caso se convirtió en uno de los más emblemáticos en la lucha por la justicia en el país, aún está en la impunidad.
Hace cuatro años el juicio iniciado contra el cirujano Juan Aguirre y el anestesiólogo Gustavo Bernal, acusados de negligencia médica, fue archivado. Pero sin dejar de perseverar en su propósito, Cárdenas planteó una demanda ante la Comisión Internacional de los Derechos Humanos, donde el caso está en proceso de admisión.
“La justicia en este país no sirve, es solo para la gente que tiene dinero”, comenta Patricia Cárdenas quien es presidenta de la Fundación Carlitos, llamada así en homenaje a su hijo, a través de la cual brinda asesoría legal gratuita a gente de escasos recursos económicos.
“Me dedico a la fundación que nació de un dolor muy grande de madre, de una mala práctica médica que fue víctima mi hijo”, menciona.
Hasta ahora un equipo de juristas es el encargado de estudiar los casos, pero muy pronto ella también se unirá en la defensa legal, ya que impulsada por ese afán de “hacer justicia” estudió jurisprudencia y recientemente obtuvo el título de abogada.
Al momento brinda asesoría a los padres de los neonatos que han fallecido a causa de una supuesta negligencia en diversos hospitales del país.
“La muerte de mi hijo me ha cambiado drásticamente, me he convertido en una mujer emprendedora, defensora de la verdad y de las razones justas”, asevera. (MAP)