El Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) arrancó ayer con el proyecto “peso justo” en Guayaquil, específicamente en el mercado   San Vicente de Paúl, en el Suburbio.

Patricio Avilés, analista técnico del Mipro, informó que el objetivo del plan es impedir que los proveedores afecten a los usuarios finales en el peso de los productos que expenden por el descalibramiento de las balanzas con las que trabajan.

Según el funcionario, especialistas del Mipro se ubican en los mercados populares con una balanza calibrada para que los usuarios puedan pesar los productos que han comprado. En el caso de que no tenga  el peso  por el que se pagó, los compradores pueden exigir a los proveedores que les devuelvan el dinero cancelado o que se realice una nueva transacción con el peso justo.

“Los ecuatorianos debemos empezar a adoptar una cultura de reclamo, de defensa de nuestros derechos como consumidores finales. Hay veces que los consumidores somos confiados en la palabra de los proveedores, pero siempre hay que estar seguro de lo que compramos. Inclusive, en la Ley de Defensa del Consumidor se especifica que  se debe tener toda la información del peso de los productos que se compran”, manifestó el técnico de la cartera de Estado.

La Ley Orgánica de Defensa del Consumidor, en el artículo 4, indica que los ciudadanos tienen derecho a un trato transparente, equitativo y no discriminatorio o abusivo por parte de los proveedores de bienes o servicios, especialmente en lo que se refiere a las condiciones óptimas de calidad, cantidad, precio, peso y medida.

El proyecto del Mipro arrancó el pasado 28 de abril y, hasta el momento, ha recorrido los mercados de Quito, Cuenca, Manta y Portoviejo.

Avilés afirmó que el proyecto “peso justo” también beneficiará a los proveedores, porque se revisarán las balanzas de los mercados que en varias ocasiones perjudican a los vendedores que expenden en exceso por  fallas en las básculas. “La intención es que ni los usuarios ni los vendedores sean perjudicados”, indicó el funcionario.

Una de las proveedoras que se acercó para solicitar que revisen su balanza fue María Collahuazo, quien labora en el mercado San Vicente de Paúl, por más de cinco años. La vendedora de productos varios indicó que tiene sospechas de que su balanza está descalibrada y perjudica su economía.

“Nosotros ganamos en centavos porque vendemos por libras. Entonces si tengo dañada la balanza siempre significará pérdidas”, dijo.

Especialistas recomiendan que las básculas sean calibradas   cada cuatro meses para así obtener  una medida más exacta.