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El Telégrafo

“Mi padre pudo pecar de ingenuo con Rosalía”

“Mi padre pudo pecar de ingenuo con Rosalía”
09 de noviembre de 2011 - 00:00

No fueron palabras que le  sorprendieran, más bien   refrescaron sus  recuerdos    sobre lo ocurrido entre el 6 y 7 de febrero de 1997. El asambleísta y director  nacional del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), “Dalo” Bucaram Pulley, comenta que el lunes,   cuando leyó en  este Diario   que la ex   ministra de Educación, Sandra Correa,  declaró que Rosalía Arteaga   ya conocía del golpe seis días después de que asumiera  el Gobierno, recordó  “cómo la oposición y muchos de quienes le juraron lealtad a mi padre, lo  tumbaron  del Gobierno”.

Vía telefónica, desde su despacho en la Asamblea Nacional, Bucaram empieza el diálogo con un tono sosegado,  que parecía iba a dominar la conversación,  su postura sin embargo cambia radicalmente cuando  aparece  el nombre de la ex Vicepresidenta de la República:  “Ella fue parte del golpe, como siempre lo hemos sostenido. Fue una conspiradora.  Hay un dicho que afirma que toda mujer tiene adentro una madre y una Eva, y evidentemente   funcionó el espíritu de Eva en Rosalía”.

La tranquilidad retorna al dirigente político y reflexiona sobre la motivación que habría tenido la ex compañera de fórmula de su padre: “Lastimosamente la ambición se le subió a la cabeza y pocos días después de la posesión de mi padre el golpe ya estaba fraguado por parte de la oposición política, liderada por Jaime Nebot”.

El legislador sustenta sus denuncias en la carta que en enero del 2010 le entregó el general Paco Moncayo,  ex jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. en el Gobierno de Bucaram  y actual asambleísta, en la que    relata los momentos   previos  al derrocamiento del ex presidente Abdalá Bucaram Ortiz, sobre todo en  momentos en los que las Fuerzas Armadas  le retiraron el respaldo al Jefe de Estado.

Allí señala  que  la noche del 6 de febrero, en medio de la crisis política y ante el anuncio del entonces presidente del Congreso, César Verduga, de entregar la Presidencia a un gobierno interino,  Arteaga exigió ser la sucesora de Bucaram, si él fuera separado definitivamente del cargo.

Cerca de la medianoche de ese día,  con 44 votos,   se destituyó a Bucaram por incapacidad mental y se nombró  a Fabián Alarcón como presidente interino, pese al  cuestionamiento de  la Corte Suprema de Justicia.

Tras la destitución de Bucaram,   Moncayo relata que a las 00:20 del 7 de febrero, Arteaga resolvió  asumir la Presidencia y que le   ofreció el cargo de Ministro de Defensa, mientras   los manifestantes, en las afueras del Palacio de Carondelet,  exigían la salida del Gobierno.

“En la carta de Paco Moncayo, en las últimas páginas, cuenta de las reuniones que mantenía Rosalía Arteaga y que demuestran  que era una golpista (...). En alguna ocasión pude conversar con la doctora Sandra Correa y me manifestó exactamente lo mismo”, señala el actual líder del PRE,  quien   considera  que su padre pudo pecar de ingenuo al no  percatarse del comportamiento de su compañera de Gobierno.

Precisamente en el libro La Presidenta, publicado en 1997 por Rosalía Arteaga, la ex vicepresidenta cuenta de las reuniones que sostuvo con varios dirigentes políticos y con el embajador de EE.UU. Leslie Alexander, en la casa de su hermana Claudia. Entre los participantes se cuentan a Mauricio Gándara, Nelson Robelly, Napoleón Saltos, Miguel Lluco, Mesías Tatamuez, Gil Barragán Romero y  al alcalde de Quito de ese entonces, Jamil Mahuad, entre otros. Dice, además, que con “Pachakutik hablábamos todo el tiempo” y con “Mahuad desayunábamos”.

Arteaga señala en la página 18 del libro, que usó la casa de su hermana “frente a la vigilancia permanente de la que yo era objeto por parte de Bucaram, Salem, Adum y sus secuaces”. Y acota: “En esa casa llevamos a cabo innúmeras reuniones, con los más variados grupos y las más disímiles personas; todos, desde luego, imbuidos por el mismo deseo de aportar soluciones a los graves problemas del país”.

Pero en su búsqueda de responsables por el golpe de Estado en contra de su padre, el asambleísta  afirma que otras agrupaciones, como el Movimiento Popular Democrático (MPD), tuvieron una  participación directa  y que actuaron en  contubernio con sectores de la derecha. “Yo fui quien acuñó la frase de que el MPD es el brazo izquierdo de la derecha”, manifiesta con sarcasmo.

El legislador retoma el reportaje publicado por  El Telégrafo y descifra que Sandra Correa debió sufrir una gran presión por parte de los dirigentes del MPD cuando el Gobierno de su padre planeaba devolver a los maestros los montos correspondientes a la cesantía.

“Las presiones que sufrió  fueron porque los dirigentes del MPD iban a perder su caja chica. ¿De dónde saca dinero Juan José Castelló para pagar la educación de sus hijos en Inglaterra sino es del manejo del Fondo de Cesantía?”, sentencia, elevando el tono de voz.

Otro de los dirigentes del MPD que amerita toda la rabia de Bucaram Pulley es Gustavo Terán, por haber auspiciado  una demanda en contra de su padre porque supuestamente se llevó sacos de dinero del Palacio de Carondelet, una decisión que según el asambleísta fue  ordenada por Jaime Nebot, principal figura del Partido Social Cristiano. “Es decir que el MPD no solo es el brazo izquierda de la derecha, sino que son empleados de la derecha”. 
Los reproches de “Dalo” también son para la prensa,   que  “dedicó meses y ríos de tinta para desprestigiar el honor de mi familia”.

“El principal, Freddy Ehlers,  es ministro de este Gobierno. Otro es  Juan Carlos Calderón, como parte de la revista Vistazo. Era un delincuente informativo porque utilizaba a una de las revistas con mayor prestigio del país para mentirle a la ciudadanía y avalar acciones inconstitucionales que él consideraba necesarias, porque era empleado de Nebot”, sentencia sin inmutarse antes de culminar la entrevista.

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