“Me sentí conmovido de tener que revivir un pasado tan doloroso para mí...”
¿Está usted suscrito a Diario El Telégrafo?
Sí lo estoy.
¿Lo recibe usted en su casa o en su oficina?
Lo recibo en mi casa
¿Ha leído usted, señor Pérez, en los últimos días la reproducción de la crónica ‘¿La noche quedó atrás?’ -que se publicó en este diario el 3 de diciembre de 1991- sobre lo ocurrido en torno a la construcción de la primera terminal terrestre de Guayaquil?
Sí, lo vi reproducido en un espacio muy pequeño, como parte de la información en que ustedes hacen mención a la línea editorial de Diario El Universo y me sentí conmovido de tener que revivir un pasado tan doloroso.
Refiriéndose a la construcción de esa terminal terrestre y a las personas tan destacadas de la vida pública del país que se menciona en esa crónica, ¿fue usted, acaso, socio con el señor Carlos Pérez Perasso de alguna empresa relacionada con la construcción de esa terminal?
Nunca. Mi línea de conducta fue la de mantenerme alejado de todo negocio que pudiese vincular mi nombre con el manejo de los dineros públicos del país y por eso me convertí en un estorbo.
¿Eso lo llevó a usted a renunciar a su calidad de accionista de Diario El Universo?
De ninguna manera. Yo fui atropellado por quienes torcieron la línea recta de nuestros ancestros, quienes habían sostenido la unidad de la familia sobre bases morales y, así, valiéndose de una mínima mayoría me obligaron a transigir y venderles mis acciones.
¿Conocía usted la participación de Carlos Pérez Perasso en el negocio de la terminal terrestre?
Sí y me remito a lo que ya tengo contestado.