En las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos, en las que resultó electo Barack Obama, su contrincante republicano, John McCain, también apeló a las historias de “hombres comunes” durante el período de proselitismo.

Joe Wurzelbacher saltó a la fama durante el tercer debate entre Obama y McCain. El fenómeno Obama había hundido al republicano en las encuestas, así que sus asesores cambiaron de estrategia.

En su intervención, McCain habló de Joe, un plomero de Ohio (Estado clave en las presidenciales estadounidenses) que tendría que cerrar su pequeño negocio, si es que Obama llegaba a la Casa Blanca y aplicaba su programa fiscal que proponía derogar las exoneraciones aplicadas por George W. Bush para que los que más ingresos tengan sean los que más impuestos paguen.

La historia de Joe no quedó ahí. En los últimos días de campaña, el plomero apareció en los mítines que organizó la campaña de McCain a lo largo de todo el Estado de Ohio. Fue ahí en ese momento cuando cobró relevancia mediática.

Los medios se interesaron por él y su caso fue difundido en innumerables canales de televisión. Pese al esfuerzo realizado por McCain,  perdió las elecciones en Ohio, lo que le valió la presidencia a Barack Obama.