Llegaron presurosos y hambrientos. Jugadores, técnicos y dirigentes argentinos llegaron en un bus al que le esperaban algunos fanáticos. La cena empezó sin contratiempos y los futbolistas no dudaron en “devorar” un excelente asado.

Media hora antes de partir para Guatemala, listos para salir, recibieron la visita inesperada del presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuando faltaban pocos minutos para las 21:00. Todo lo que era “armonía” de una cena amena se trastocó: Correa saludó en primer lugar con el técnico Alejandro Sabella y lo felicitó por el partido; sorprendido de su presencia abrazó a Salvador Bilardo, el histórico director de los argentinos. Y el revuelo empezó.  

Lo más esperado por quienes saludaban y estrechaban la mano del Primer Mandatario era el encuentro con Lionel Messi. Y fue al primero que saludó efusivamente, felicitó por el juego y por su calidad futbolística. Pero el más entusiasmado con Correa fue el delantero del Manchester City,  Sergio Agüero: “Ponte la camiseta”, le insistía varias veces después de que Messi le regalara una firmada por la selección bicampeona del mundo.

Los jugadores seguían con su asado y sus bromas. Javier Mascherano evitó todo comentario sobre su expulsión y apenas esbozó una mueca. Y después de ser las estrellas a las que buscaban todos los argentinos reunidos ahí, @MashiRafael ocupó el lugar estelar y por más de veinte minutos, tras retirarse la selección, se fotografió con los hinchas.