El debilitamiento del movimiento en el Ecuador que advierten ex líderes indígenas de la Conaie y la Ecuarunari  convocó ayer en la parroquia La Merced a más de 300 ex dirigentes de dichas agrupaciones, quienes llegaron con un solo fin: lograr que las organizaciones se acerquen más al trabajo en las comunidades indígenas.    

Luis Maldonado, presidente del Centro de Estudios del Buen Gobierno y Sumak Kausay, señaló que estos desfases se sienten en las comunidades que actualmente no tienen una conexión directa con las organizaciones.

Maldonado insinuó que una prevalencia de intereses y derechos individuales de ciertos dirigentes frente a derechos colectivos de la organización sería uno de los motivos del problema. “Hay una estructura piramidal, en donde el presidente está subordinado a las asambleas”, enfatizó.        

Por ello, Maldonado cree que la preeminencia de las organizaciones podría replantearse, “de pronto se pueda llegar a la conclusión de que ciertas organizaciones deberían morir para lograr una representación”. Entre las fallas que encuentran precisa la organización de bases y cuestiona la creación de juntas parroquiales, en las que se darían luchas de poder por las alianzas.      

Ricardo Ulcuango  afirma que la culpa de ese debilitamiento está en la unión de ciertos indígenas con grupos de la derecha, que “condicionan la agenda que deben ellos seguir”. Advierte que hay una falta de  conducción política de los actuales dirigentes de la Conaie y por ello deben redefinir sus estrategias, si no las comunidades plantearán otras reivindicaciones, mientras que los dirigentes están en otros temas.

“A las comunidades les interesa cómo manejar el proceso productivo (sistemas de riego, vías) y alcanzar mayor comercialización, mientras que los dirigentes piensan en lo electoral”. Para Manuel Imbaquingo, fundador de la Conaie, a esos dirigentes les mueve los intereses personales y por ello no aplican las decisiones colectivas.