Esmeraldas-Balsas.-

Las torrenciales lluvias caídas en los últimos días en Quinindé (Esmeraldas) y en Balsas (El Oro), provocaron daños e inundaciones.

Autoridades del Municipio esmeraldeño, de la Secretaría de Gestión de Riesgos y del Cuerpo de Bomberos evaluaron ayer los daños causados por el fuerte aguacero, acompañado de una tormenta eléctrica, que se produjo en la tarde y noche del miércoles.

Entre los sectores más afectados están Nuevo Quinindé donde se reportaron viviendas inundadas. Además se produjo el hundimiento de un tramo del parterre de la avenida Nueva Jerusalén.

El alcalde Manuel Casanova sostuvo que no es el primer aguacero torrencial del año, pero no se esperaba uno como este que colapsó el sistema de alcantarillado pluvial.

Algunos locales y establecimientos comerciales cerraron sus puertas, porque el agua subió de nivel y también porque no tuvieron electricidad por la caída de un rayo en la subestación eléctrica de Quinindé.

El informe será entregado a la SGR para ejecutar obras emergentes en los sectores más afectados, ante el aumento de la intensidad de El Niño.

Mientras, en la parte alta de El Oro se registraron intensas lluvias que ocasionaron deslaves en diferentes zonas.

Producto de ello, se destruyó la tubería que traslada agua al cantón Balsas, en el sitio conocido como Santa Elena.

Personal del Municipio permanecía en la zona, hasta el cierre de esta edición, reparando el daño.

Ayer, el líquido ya empezó a llegar a los hogares paulatinamente, aseguraron los técnicos del Cabildo balseño.

En el mismo lugar, se registraron al menos 3 deslizamientos que interrumpieron momentáneamente las vías, especialmente, la que conduce  a la cabecera cantonal, informaron algunos moradores.

El alcalde Andrés Pinto recordó que en abril el cantón sufrió las consecuencias de uno de los mayores inviernos registrados en los últimos 5 años. (I)