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El Telégrafo

Lautaro Ojeda: “Ley de la selva impera en los crímenes”

Lautaro Ojeda: “Ley de la selva impera en los crímenes”
23 de junio de 2011 - 00:00

La tasa de homicidios se ha disparado en los últimos 20 años. Las provincias con más  índice de homicidios son: Esmeraldas, Santo Domingo y Sucumbíos. Sin embargo para el investigador, Lautaro Ojeda, la Policía y Fiscalía se abstienen de investigar los casos en los que las víctimas tienen antecedentes penales, calificando su asesinato como ajuste de cuentas: “La impunidad es uno de los factores agravantes que incrementa el sicariato”.  El problema de “ajuste de cuentas”, dice, no da señales ni indicios de las posibles soluciones, solamente es una muestra del incremento de violencia por problemas de tierras,  familiares, inconvenientes de dinero, entre otros.

¿Cuál es la responsabilidad de los ciudadanos con respecto a la seguridad?

El grado de responsabilidad de la ciudadanía y su trabajo de organización en contra de la delincuencia, no puede ir más allá de tomar las medidas necesarias de seguridad básicas. Sin embargo,  la violencia intrafamiliar  son también factores que incrementan el delito en las calles del país.

¿Es acertada la medida de sacar a miembros de las fuerzas especiales a resguardar las calles?

No, porque ellos son agentes especializados en otras áreas. Su trabajo es de inteligencia para resolver el crimen organizado, como secuestros, extorsión, etc. Su carga de trabajo es mayor ahora... las otras labores necesitan de tiempo, concentración y seguimiento.

¿Está justificada su presencia en las calles?

En mi opinión no lo está. Los delitos del diario sobrevivir de los delincuentes  se basa en robos de celulares, carteras, computadoras. “Los ladrones de la calle viven al día”. Los recursos de las fuerzas especiales no pueden desperdiciarse atrapando a comunes delincuentes, su trabajo es desmantelar las grandes redes del crimen organizado.

¿Es correcta la organización en los barrios?

Claro  que sí, sin embargo, esta se sale de control cuando los ciudadanos se toman atribuciones violentas al hacer “justicia por propia mano”, terminan cerrando calles y los barrios o ciudadelas se convierten  en fortines de guerra por donde no se puede transitar a menos que se viva ahí, cadenas, guardias privados, perros, alarmas comunitarias resguardan espacios abiertos que deben ser de uso público. La movilidad se complica de manera grave, que terminamos siendo prisioneros en nuestras propias casas y barrios.

¿Qué implicaciones tiene un asesinato por encargo?

Si bien es cierto que en muchos casos los sicarios resuelven problemas entre ellos, otras veces existe un autor intelectual que busca a un sicario para deshacerse de alguien. Los precios dependen del sicario, hay que diferenciar el sicariato común del profesional, que se dedica a asesinar por grandes cantidades de dinero y después de una operación bien organizada.

¿Los  sicarios están al alcance de las personas?

Debido a las necesidades económicas, los sicarios suelen ser personas sin educación, que buscan cualquier manera de sobrevivir. Así es como se van enrolando en bandas delictivas comunes u organizadas, en donde matar se vuelve su habilidad.

¿Por qué el sector de la población más pobre suele ser el más afectado?

Por su vulnerabilidad, falta de recursos para denunciar sin que su vida peligre. La inequidad y el desempleo fomentan  la pobreza que está rodeada de delincuencia.

¿Las generaciones futuras que se desarrollan en un clima violento  crecen a la defensiva?

Por supuesto, los espacios de recreación se van perdiendo, antes los parques eran puntos de encuentro y de desarrollo. Ahora   son  los centros comerciales los   más seguros. Se observa un comportamiento  de fobia, es decir  evitan tener contacto con el mundo exterior por miedo.

¿Los procesos de movilidad humana aumentan la inseguridad?

Todo proceso de migración y movilidad humana lleva consigo una carga  de desempleo, de violencia, de cultura.

Cosas buenas y malas se mezclan  cuando se traspasa las fronteras. Así como muchos que migran consiguen trabajo y tienen una vida digna, en cambio, otros no alcanzan  esa posibilidad de tener una vida mejor  y en esos casos la superviviencia no mira si las acciones  son correctas o no, simplemente el instinto predomina, y se vuelve la “ley de la selva” en donde si no matas, te matan.

Dicen que una ciudad segura  es la que más policías tiene, ¿cómo se logra eso?

Con educación, con estrategias que proporcione  mejores niveles de vida, con análisis profundos de la realidad para que los niños no tengan como única opción la delincuencia. Lo que se necesita es sobrevivir en  familia, para que  estudiar no sea en vano y puedan acceder a un trabajo seguro. Lógicamente que esto no se puede hacer de un día a otro.  Pero tampoco se pueden tomar simplemente medidas de impacto para la población con el fin de solucionar la situación, si las cosas no son bien pensadas, planificadas y aplicadas. No importa la cantidad de medidas que se tomen o se apliquen, estas solo serán paleativas que tarde o temprano empeorarán, la solución  no es un parche que sirva por unos meses, sino una decisión profunda.

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