Latinoamérica y Caribe debaten en Quito sobre desarrollo sostenible
Expertos de América Latina y El Caribe debaten desde este martes en Quito mecanismos para garantizar el desarrollo sostenible de la región con miras a la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que tendrá lugar en junio próximo en Brasil y a la que esperan llegar con "una sola voz".
"Debemos definir una visión conjunta de la región hacia Río+20. No podemos seguir esperando que otros países, por grandes o desarrollados que sean, suscriban acuerdos para actuar. La responsabilidad es ahora y es nuestra", dijo la ministra ecuatoriana de Ambiente, Marcela Aguiñaga al inaugurar la cita.
Los expertos se reúnen en el marco del XVIII Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y El Caribe, que terminará el próximo viernes, y en el que se prevé la asistencia desde el jueves de una veintena de altas autoridades regionales.
Aguiñaga consideró fundamental el intercambio de información y experiencias sobre la aplicación de los acuerdos de Río de 1992 y deliberar sobre los "problemas nuevos, emergentes y prioritarios" para la región, "fortaleciendo la cooperación Sur-Sur".
En su opinión, la región tiene la capacidad de construir su propia agenda para el desarrollo sostenible y apuntó que es un deber "ético y moral" de las naciones apoyarse por su biodiversidad.
La crisis en los países desarrollados es "fruto de la persistencia del modelo de crecimiento de acumulación sin límites", dijo la ministra, quien reclamó para la región un marco institucional para "vivir y prosperar en armonía" que incluya una nueva arquitectura financiera multilateral para el desarrollo sostenible.
"El desafío es grande, el tiempo es corto. Prioricemos nuestras ideas y acciones para que los pilares que aquí se construyan sean fuertes y perduren en el tiempo en pro de las futuras generaciones", indicó.
Para Margarita Astralaga, representante regional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiete (PNUMA), la reunión de Quito es una oportunidad de "diálogo abierto" sobre cómo estructurar y modernizar el Foro a futuro, teniendo en cuenta las necesidades de los 33 países miembros y los nuevos retos ambientales, sociales y económicos.
Astralaga expresó su esperanza de que Río+20 "no sea una conferencia más, sino el punto de partida" donde se adopte un nuevo modelo de desarrollo sostenible diverso pero con "principios comunes", en busca, además, de la igualdad en la región.
La ministra coordinadora de Patrimonio de Ecuador, María Fernanda Espinosa, aseguró esta semana que la cita de Quito tendrá como bandera el combate a la desigualdad y la pobreza para llegar a Río+20 con una "voz común".
De su lado, el viceministro de Patrimonio, Juan Carlos Coellar, aseguró hoy que "es un arte" intentar lograr un acuerdo en todos los países y aunque "no será fácil" apuntó que harán los esfuerzos.
Entre los asuntos que se negociarán mencionó la necesidad de que la región haga "un gran pacto ético y político para enfrentar las causas de la multicrisis" del mundo, con una mirada que supere lo ambiental pues están involucrados asuntos políticos, económicos y culturales, entre otros, en su opinión.
Asimismo, señaló que se busca fortalecer la institucionalidad en los nuevos marcos de integración regional, entre los que mencionó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), al que podría integrarse el foro ministerial.
A la conferencia de la ONU Río+20, que se desarrollará entre el 20 y 22 de junio, está previsto que asistan los jefes de Estado o de Gobierno de la mayor parte de los países de la ONU, y ministros de Economía y Desarrollo.
Además, también habrá numerosos participantes de la industria, los negocios, la agricultura y el ámbito académico, así como representantes indígenas, alcaldes, organizaciones no gubernamentales y sindicatos.