“Los municipios deben ubicar las banderas de alerta en las playas desde el día de mañana”. Esa instrucción directa dio Orfa Cabezas, coordinadora zonal 4 de la Secretaría de Gestión de Riesgos, a las autoridades de los principales cantones de Manabí donde hay balnearios. Lo hace como medida de precaución ante el oleaje de alta intensidad que se presentará desde el viernes que empieza el feriado del Día del Trabajo.

Como esta consigna se replicaron otras en el resto del país. José Luis Ascencio, secretario general de Gestión de Riesgos, en cambio, pidió “evitar el ingreso mar adentro y reconocer las señales de peligros ubicadas en las playas”.

El oleaje, de acuerdo al Instituto Oceanográfico de la Armada (Inocar) presentará una intensidad de moderada a fuerte.

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Se prevé que en la mañana del viernes lleguen olas con alturas medias entre 1,5 y 2,5 metros y períodos de entre 16 y 19 segundos. Las ondas arribarán frente a las costas de la región insular (Galápagos) y continental (todo el territorio costero). En la tarde, en cambio, llegará un grupo de olas con lapsos de hasta 22 segundos y alturas medias entre 2 y 3 metros.

El sábado 2 es el día de mayor riesgo para bañistas, dueños de embarcaciones y para quienes habitan muy cerca de la playa.

Durante la jornada, la intensidad del oleaje cambiará de fuerte a muy fuerte. Aquello es porque provendrán olas con alturas medias de entre 3 y 4 metros, en períodos entre 18 y 22 segundos. Este grupo de ondas estará presente en el Archipiélago de Colón y en todo el perfil costero durante casi todo el día.

El fenómeno, que se prolongará hasta el lunes 4, se debe a los fuertes vientos que se presentan en las zonas de altas latitudes del Pacífico Sur, los cuales generan grupos de olas de gran energía.

Apenas concluya este fenómeno iniciará un aguaje que durará hasta el día 6. “A los bañistas, tener cautela, dado que la intensidad de este oleaje influirá en la formación de corrientes de resaca y en la fuerza con que rompen las olas en las costas”, expresa un comunicado del ente científico.

El Inocar estima que el oleaje será de mayor intensidad al ocurrido el 27 de marzo, cuando el mar inundó, por ejemplo, el malecón de Salinas, en la península de Santa Elena.

Ese día los ciudadanos y los turistas fueron sorprendidos por olas y la presencia del agua en la avenida principal del balneario.

El fenómeno también provocó que embarcaciones pequeñas resultaran parcialmente dañadas por chocarse entre sí o contra grandes rocas. En Guayaquil, el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) provincial se instaló para evaluar el plan de contingencia diseñado con motivo de los días de descanso.

La cita la presidió el gobernador Rolando Panchana, autoridades policiales y representantes de las entidades de socorro. (I)

 DATOS

La emergencia vial se declaró en el cantón Penipe, debido a los daños causados por las lluvias en carreteras que comunican a varias comunidades.

Las parroquias Bilbao, Matus y Puela son las más afectadas por la destrucción de puentes y de los pasos que permiten no solo la salida de las personas, sino también el traslado de los productos que siembran en el agro.

Grandes, rocas, palos y lodo taponan el paso de los automotores y de animales con los que se sacan las legumbres y otros alimentos. El material inundó piscinas donde se crían tilapias.

“Todo está destruido y lleno de sedimentos que están dañando todo. Poco a poco estamos limpiando lo que se puede”, dijo Sonia Toapanta, habitante de Penipe.

Maquinaria del MTOP y del Gobierno Provincial iniciaron ayer la limpieza de los escombros, pero se desconoce cuándo estarán habilitadas las rutas. (I)