La pirotecnia ilegal se cuela por el sur
El capitán Juan Carlos Gines, jefe de Explosivos del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía, calculó que el eventual estallido de las 150 libras de material pirotécnico encontrado el jueves pasado en una vivienda del barrio Cima de la Libertad (centro oeste de Quito), hubiese destruido completamente el inmueble y afectado un área de entre 100 y 150 metros.
El peligro era mayor -relató el oficial- porque el material, consistente en lo que la gente suele denominar como cocos de colores, mostraba bastante deterioro por llevar mucho tiempo almacenado en condiciones inadecuadas. Estos fuegos artificiales fueron destruidos la noche del mismo jueves en el sector El Gavilán, camino a Calacalí, cerca de la Mital del Mundo.
La situación era incluso peor con las cerca de 450 libras de explosivos y químicos decomisadas el fin de semana pasado en una fábrica de pirotecnia que funcionaba en la zona de San Pedro de Taboada, en el cantón Rumiñahui (sureste de Quito) y en donde se produjo una explosión en el patio trasero.
El estallido, por fortuna, no contaminó la zona utilizada como bodega. Tras el hecho se realizó la captura de dos personas, que podrían enfrentar penas de dos a cuatro años de prisión si son halladas culpables.
En este caso, los permisos de la fábrica habían caducado y se había dejado de respetar las normas de seguridad básicas, entre ellas la obligatoriedad de funcionar en un sitio alejado de zonas pobladas.
Pero el transporte, bodegaje y manipulación inadecuadas de este tipo de elementos no suceden únicamente en Pichincha. De hecho, esta semana también se logró el hallazgo y destrucción de una importante cantidad de pólvora y químicos utilizados para la fabricación de camaretas que eran guardadas en viviendas de las población de Biblián y Déleg, en el Cañar.
“El material pirotécnico servía para elaborar de manera ilegal estos artefactos y eran almacenados sin ningún tipo de medida de seguridad”, aseguró Fernando Calles, coronel de la Policía de la subzona.
En el caso de Déleg, la supuesta fábrica funcionaba en una casa de madera, lo que aumentaba el riesgo de un incendio. Mientras que en Biblián, una pareja de ancianos guardaba pólvora debajo de su cama sin ninguna precaución.
Según Gines, se habrían realizado unos 17 hallazgos de este tipo solo en lo que va de corrido diciembre de este año.
Pero la introducción ilegal al país de pólvora, químicos y otros elementos necesarios para elaborar los juegos pirotécnicos para la época de navidad y año nuevo inicia al menos cuatro meses antes, en el mes de septiembre, aseguró el oficial de Policía basado en datos recopilados por la institución a lo largo de los años.
Este material es de procedencia china, en la mayoría de los casos. Asimismo, la ruta preferida para su ingreso al Ecuador es la frontera sur, con Perú, especialmente por la provincia de El Oro.
De acuerdo con el integrante del GIR, el ingreso ilegal de pirotecnia sigue la misma lógica de otro tipo de contrabando al aprovechar las mismas vías, las mismas debilidades institucionales y ser ejecutado por mafias relacionadas. Simplemente habría un cambio de productos, pues si en época de carnaval, por ejemplo, se contrabandea globos de agua, chisguetes y pistolas, luego de algunos meses se introducen de manera ilegal pólvora y otros elementos similares.
La forma de celebrar las fiestas haría que la mayor parte de estos elementos peligrosos sea llevada a provincias como Guayas, Santa Elena y Manabí, por la importancia que tienen para los habitantes de estas zonas el ruido y los colores como parte integral del festejo.
Otra cantidad se destinaría a la venta, también con fines de celebración navideña, en Quito y otras partes de la Sierra. Y una tercera quedaría en manos de fabricantes tradicionales de elementos pirotécnicos, tales como castillos y vacas locas, quienes aprovecharían la temporada para adquirir materia prima a precios menores que los habituales.
Gines enfatizó que la principal medida de seguridad para evitar desgracias es evitar que los niños manipulen juegos pirotécnicos, ya que todos los años son ellos las principales víctimas de accidentes relacionados.
Por ello, la Policía ejecuta el plan “Los materiales pirotécnicos no son juegos de niños”. Al respecto, el coronel Carlos Aguirre, jefe (e) de Policía del Distrito Metropolitano de Quito, afirmó que el proyecto de prevención se desarrolla en todo el país y durará hasta el 6 de enero próximo.
El primer paso fue la capacitación de los miembros policiales por parte de integrantes del GIR, con el fin de que multipliquen el conocimiento en escuelas, colegios y la ciudadanía en general a través de foros y charlas.