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El Telégrafo

La pedagogía democrática que demanda el Ecuador

La pedagogía democrática que demanda el Ecuador
18 de mayo de 2011 - 00:00

A la hora de redactar estas líneas (15:00 de ayer), el escrutinio nacional alcanza el 98% y todas las teorías, hipótesis, argucias ‘intelectuales’, matemáticas, estadísticas y hasta ‘esotéricas’ se desvanecen. Ecuador no aprende la lección: las instituciones y los datos les dan credibilidad y sustento a la gestión y los procesos. Y los medios de comunicación deben contribuir a esa institucionalidad y  a la credibilidad en la democracia, con todo lo que eso pueda afectar a quienes se autocalifican de poseedores de la verdad.

Desde el estricto sentido de la realidad, los resultados están sobre el tapete: ganó el Sí en las 10 preguntas, incluida la 8 en casi todos los cantones del Ecuador. El No obtuvo una notable votación en 12 provincias y también en la de Pichincha y en varias parroquias del cantón Quito. Quienes advirtieron una derrota del Gobierno revelaron que su votación no fue sobre los temas de las 10 preguntas sino sobre su rechazo a Rafael Correa. Y a la vez se comprueba, con los datos en la mano, que aquellos que escribieron dudando de la sabiduría del pueblo, como un  articulista de El Comercio y un ex presidente de la República, se equivocaron de cabo a rabo. ¿Si el pueblo no supo discernir, por qué es legítimo el voto a favor del No? ¿Por qué, esos mismos actores y otros más asumen ese voto como rechazo a Correa, si el pueblo no sabe discernir?

Incluso, capítulo aparte, el alcalde Jaime Nebot, entrevistado en todos los medios privados, dijo que el No ganaba en 5 preguntas en el cantón Guayaquil. Ahora, sin que medie ninguna demanda consistente de fraude o irregularidad, los resultados demuestran que apenas en la pregunta 7 hay una ligera ventaja del No. Justo la pregunta en la que Nebot re juró que votaría Sí. En otras palabras, la ciudad de Guayaquil respaldó la consulta, particularmente en los temas que Nebot ha dicho que no tenía apoyo, como en lo de las medidas cautelares y la caducidad de la prisión preventiva.

La lección que debe sacar todo el Ecuador es que los datos, la voluntad de los sufragantes y la realidad es la que ordena la vida democrática de un país y no las especulaciones y los gritos. En el vértigo por conocer pronto los resultados y que éstos reflejen el deseo de cada uno, la mayoría de la oposición y algunos sectores que apoyan al Gobierno han confundido, escandalizado y hasta falseado. Y en medio de eso, como acólitos de primera plana, algunos medios (reitero, algunos medios) no escatiman en hacerse eco de esas posturas.

Lo más saludable para la democracia, para la armonía democrática y la convivencia ciudadana, sin desmedro de las posturas y legítimos partidismos, es la prudencia y el respeto por las instituciones que deben ofrecer los resultados oficiales. Lo demás es confusión o una lucha política desde la mentira y la perturbación.

En las redes sociales, particularmente, se han expuesto muchos criterios y hasta afirmaciones que no calzan con lo que ahora tenemos como datos oficiales. Un activista, ex periodista, más sus seguidores, dan por hecho, no lo dudan (como debería ser característica de quien piensa como periodista), se afirman y hasta certifican, que el fraude fue “tan científico” que pasó por alto hasta para los más inteligentes observadores.

Los editoriales y las entrevistas de los últimos días ponen al descubierto nuestra cultura política, esa que sólo sirve de alimento para desatar todas las pasiones, con su carga de irracionalidad. ¿Hasta cuándo maduramos y confrontamos nuestros deseos, aspiraciones y hasta intereses individuales con la realidad para que, si es del caso modificarla, se haga desde los hechos y las expresiones democráticas de la gente? ¿Estamos conscientes de que la búsqueda de una sociedad equitativa, sin pobres y con cierto bienestar, pasa por una responsabilidad colectiva, donde afloren los mejores talentos particulares? ¿No son los mismos que quisieron inocular la idea de que la Constitución se hizo en España o Venezuela los que ahora niegan, una vez más, el pronunciamiento del pueblo ecuatoriano?

La mejor pedagogía colectiva del pueblo ecuatoriano a quienes especulan desde sus deseos íntimos son los resultados que están a la vista y no dan pie para ninguna especulación. Nos guste o no.

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