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Ecuador, 22 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

“La frontera es tierra viva, no una línea”

El fortalecimiento de los proyectos en el sur del país busca llevar el  desarrollo a los cerca de 650 mil habitantes ecuatorianos que viven en la frontera entre Ecuador y Perú, a través del Plan Binacional de Desarrollo.

Para ello se prevé cubrir  seis áreas estratégicas de trabajo, que son  la inclusión económica, social, integración y conectividad, manejo ambiental, soberanía alimentaria y cultura de la paz.

Para Marcelo Torres, subsecretario Regional Sur del Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza Ecuador-Perú,  la iniciativa, que se ejecutará hasta  2013, no busca convertirse en un ente proveedor de recursos, ya que el objetivo principal es priorizar los proyectos para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región fronteriza del Ecuador, en especial los proyectos sociales relacionados con la dotación de servicios básicos, como agua, luz, educación y salud.

Tras la firma de la paz entre Ecuador y Perú, ¿cuál  es la necesidad de  mantener un mecanismo (plan binacional) que trabaje en la frontera?

La frontera es tierra viva,  no una línea imaginaria. En ella habitan miles de personas con estilos de vida en común, pero separadas por  tratados fronterizos. El plan nació en  2008, como una alternativa para mejorar la calidad de vida de los habitantes del sector, impulsar la economía para las comunidades que se encuentran en los límites fronterizos y un  paso para desarrollar proyectos conjuntos entre países.

¿Qué provincias de Ecuador están involucradas?

Las provincias en las cuales se desarrollan proyectos binacionales son: Sucumbíos, Napo, Orellana, Pastaza, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, Loja y  El Oro.

¿Cómo se trabaja desde el lado de Ecuador?

Es importante resaltar que el plan no es un ente ejecutor, es un impulsor de las políticas del Gobierno y un captador de recursos, tanto nacionales como internacionales para desarrollar los proyectos, desde el ámbito de la cooperación.  Las disposiciones dadas son claras: articular el plan  binacional al proceso de planificación territorial del Estado y   gestionar el trabajo con los gobiernos seccionales, bajo este concepto se articulan acciones con  los  ministerios coordinadores, sectoriales, organismos de cooperación, entre otras instituciones. Todo el dinero que se gestiona, producto de la cooperación, es no reembolsable.

¿Cuál es el presupuesto que maneja el plan binacional?

Lo que se hace es gestionar recursos, por lo tanto, los montos varían. Sin embargo, el Gobierno destinó en   2010  una asignación de 4 millones de dólares,  en  2011 el presupuesto estimado es de 11 millones, y hasta finales de 2013 se prevé  llegar a un monto aproximado de 42 millones de dólares. Se estima una  cifra total  de 57 millones  de dólares durante los seis años de trabajo en la frontera.

En lo social, ¿cuáles son los proyectos que requieren prioridad en la zona de frontera?

Los temas prioritarios tienen que ver con dotación de agua potable y saneamiento ambiental. En los 42 kilómetros de línea fronteriza se tienen graves inconvenientes (de salubridad) porque hasta hoy no hay agua segura para consumo humano; además, las condiciones de manejo de residuos sólidos o basura son nulas, lo que provoca graves problemas de contaminación salubridad.

En el tema de dotación de infraestructura se coordinan acciones con las carteras de Salud y Educación, porque ya ha pasado que se inaugura  la obra física, pero no se cuenta con médicos ni docentes.

Hasta  2013, ¿cuál será el plan binacional que tendrá  mayor impulso binacional?

Se está trabajando en el tema de promoción turística. Ecuador y Perú tienen  una gran oportunidad para crecer económicamente en el área turística, puesto que se tiene como frontera común una zona que tiene costa, sierra y amazonía. El siguiente paso es promover el tránsito libre de ecuatorianos y peruanos por dicha zona,  sin necesidad de presentar papeles (salvo la cédula) que compliquen el turismo. Es un reto conjunto, donde no solo se involucran los sectores turísticos, también  intervienen actores como la  aduana, la Policía...

¿Cómo evitar que el turismo se utilice para el tráfico de drogas, personas, armas y contrabando, uno de los puntos más cuestionados al querer abrir las fronteras?

Hay instituciones responsables de resolver esos problemas en la raíz misma, no esperar, por ejemplo, que el tráfico de combustibles o drogas llegue a darse en  las fronteras para detener el problema. Las instituciones tienen que actuar antes. Los problemas deben resolverse en las raíces y no limitar el proceso de desarrollo binacional.

¿Cómo se está formando la red turística binacional?

Se está trabajando en los centros de información e impulsando una ruta de proyectos estratégicos, como la Ruta del Spondylus. Aún falta por  trabajar, porque se debe capacitar a la ciudadanía y se debe llegar a la conciencia de los proveedores de servicios para cuidar a los turistas y convertirnos en empresarios turísticos. No todo tiene que ver con el lujo, sino con la calidad de atención.

En este punto se debe recordar que el desarrollo de la frontera no es responsabilidad de un solo actor, el desarrollo de las fronteras pertenece a todas las entidades públicas y privadas.

¿Qué otros planes  binacionales están en ejecución ?

Son seis y se financian a través del Fondo Binacional para la Paz y el Desarrollo, en coordinación con las cancillerías de los dos países, las agencias ecuatoriana y peruana de Cooperación Internacional, que realizan aportes anuales o únicos. Están en ejecución: la construcción del nuevo puente internacional sobre el río Macará, apoyo a la integración urbano-regional del Eje Vial Nº 1, cooperación socio-sanitaria (agua y manejo de basura), Red Binacional de Salud Zumba-San Ignacio y la asistencia de la cuenca Catamayo-Chira.

Se suscribió un acuerdo de pase para ecuatorianos y peruanos para que trabajen por seis meses sin documentos, ¿en qué mejora la calidad de vida de los sectores fronterizos este  tipo de acuerdos?

El acuerdo se firmó a nivel de cancillerías, lo que permite es garantizar los derechos laborales, tanto de ecuatorianos como peruanos. Así se evita la explotación laboral y se determinan iguales condiciones de trabajo. Por lo general el trabajo esta relacionado, en frontera, directamente con labores de construcción y minería. Se calcula que en la zona de frontera estarían viviendo cerca de 3.000 ciudadanos peruanos.

Texto: Julia Chávez  B.
[email protected]

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