La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) dijo ayer que convocó a las órdenes de los Heraldos del Evangelio y los Carmelitas Descalzos para intentar resolver el conflicto entre ambas, que ha generado una airada reacción de grupos de pobladores en la provincia amazónica de Sucumbíos.

Así lo señaló una fuente de la CEE, al anticipar que este fin de semana se reunirá la cúpula de la Iglesia en el país para conocer y resolver el conflicto.

Precisó que se espera la llegada del presidente de la Conferencia, monseñor Antonio Arregui, que tenía previsto retornar ayer del exterior, para definir la hora de la reunión.

La designación de los Heraldos del Evangelio como administradores del Vicariato de Sucumbíos, en sustitución de los Carmelitas Descalzos, ha generado disputas entre la población.

La decisión de los Heraldos de despedir a la mayoría de trabajadores de la emisora Radio Sucumbíos, administrada por la Iglesia católica, provocó el pasado lunes la reacción de grupos sociales de esa jurisdicción, que exigen la salida de esa congregación y la intervención del Gobierno.

La gobernadora (representante del Ejecutivo) de Sucumbíos, Nancy Morocho, confirmó que los representantes de las dos congregaciones han viajado a Quito para reunirse con el Episcopado, a fin de encontrar una solución al conflicto que ha llegado a generar ciertos brotes de violencia entre los fieles.

“La Iglesia católica asumió la responsabilidad de resolver su controversia interna”, explicó Morocho, tras descartar que el Ejecutivo haya ordenado la salida de las dos congregaciones de la jurisdicción, como se había rumorado en algunos medios de información locales.

“La CEE fue la que decidió que ninguna de las congregaciones regresará a la provincia mientras no superen sus diferencias”, subrayó la gobernadora.

La representante del Ejecutivo dijo que, a pesar de que la Radio Sucumbíos  fue tomada  por sus trabajadores, en señal de resistencia ante un despido intempestivo masivo, sus emisiones y programación son prácticamente normales. La libertad de expresión de esta radio está garantizada, pese a que existen algunas presiones para que la Gobernación controle los mensajes y contenidos que emite la estación.

Durante estos días, la radio ha abierto sus micrófonos y líneas telefónicas para que los ciudadanos puedan expresar su apoyo a los trabajadores y condenar el despido masivo del que fueron objeto. En ese contexto, la gobernadora explicó que no se pueden coartar los mensajes que de forma espontánea expresan los ciudadanos.

Morocho insistió en su llamado a la tolerancia y a la paciencia, no solo a la población y a la Iglesia, sino a los medios de comunicación locales que se sienten -a ratos- ofendidos por los mensajes que los trabajadores despedidos de la radio han emitido en estos días.