La Concordia se convirtió en el segundo cantón de la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas luego de la consulta popular efectuada ayer.

Con una amplia mayoría los concordenses decidieron dejar de pertenecer a Esmeraldas y adherirse a la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Con el 100% de las actas escrutadas, la primera provincia obtuvo 6.456 votos (27.78%), frente a los 15.084 (64,92%) que alcanzó la segunda, se registraron 351 blancos (1,51%) y 1.341 nulos (5,78%), de acuerdo a los datos del último reporte del Consejo Nacional Electoral (CNE) ingresados hasta las 22:25 del domingo.

Domingo Paredes, titular del organismo electoral, indicó esta mañana que el próximo miércoles serán proclamados los resultados oficiales del proceso. Hay 48 horas para presentar impugnaciones.

Conocidos los primeros resultados ayer hubo manifestaciones de júbilo en el cantón, donde la jornada electoral se realizó con normalidad bajo el riguroso control de la fuerza pública

De esta forma se altera el mapa político de la provincia verde, al perder un área de 560 kilómetros cuadrados. En cambio, Santo Domingo de los Tsáchilas tendrá otro representante en la Asamblea Nacional. Los concordenses colocarán dos representantes de las juntas parroquiales y un delegado municipal  en el Consejo Provincial.    

El Movimiento Popular Democrático (MPD), en un principio, se opuso a la consulta, pero luego hizo campaña a favor de Esmeraldas. Este grupo político controla la prefectura y la alcaldía de la capital de la provincia verde.

Previamente había circulado una encuesta a boca de urna de la estación Zaracay TV que daba a Santo Domingo el 70% de los votos y a Esmeraldas el 28%. 

Apenas se conocieron estas cifras, se produjeron manifestaciones en las calles de La Concordia. Algunos choferes tocaron las bocinas de sus autos como señal de júbilo.

El alcalde del cantón, Walter Ocampo, quien pertenece al movimiento oficialista PAIS, expresó su alegría en la cuenta que tiene en la red social twitter. “Ganamos”, escribió.

De hecho, el burgomaestre, ofreció la realización del plesbicito durante la campaña electoral que lo llevó al cargo. En Quito, el CNE montó un centro de información que reprodujo la información proporcionada por la Junta Intermedia del Voto que se instaló en La Concordia.

Jornada tranquila

Pese a los temores de actos de violencia, la jornada de votación se desarrolló en calma. La presencia de efectivos de la fuerza pública y el trabajo de inteligencia realizado previamente evitaron incidentes.

Helicópteros de las Fuerzas Armadas sobrevolaron la localidad en busca de elementos que querían ingresar por vías alternas a la cabecera cantonal. 

En el sector de San Mateo, a la salida de Esmeraldas, se montó un operativo  para evitar que buses sin permiso salieran de la ciudad rumbo a la vecina La Concordia.  

En la capital provincial tampoco se registraron novedades. Incluso, los habitantes del poblado observaron con apatía el plebiscito.     

Lo cierto es que los concordenses acudieron masivamente a las urnas. Para el mediodía, según los datos del exit poll, la mayoría de los empadronados ya había ejercido el derecho al voto.

Desde las 13:00 cayó una fuerte lluvia en el cantón, sin embargo el aguacero no afectó las votaciones. El presidente del CNE, Domingo Paredes, personalmente supervisó el desarrollo de la jornada electoral en cada uno de los recintos, tanto urbanos como rurales. En toda la localidad, solo cuatro miembros de las Juntas Receptoras del Voto (JRV)  faltaron. Las vacantes fueron llenadas de inmediato por los suplentes. 

El vocal del CNE, Juan Pablo Pozo, resaltó el civismo de la ciudadanía al acudir masivamente a las urnas. “En la supervisión realizada todo ha estado en orden; además, es un proceso electoral donde hay un número de sufragantes menor, lo que implica la reducción de inconvenientes”, explicó.    

Los policías recorrieron las calles de la ciudad, las cuales lucieron copadas de vehículos; mientras que los elementos de la Brigada de la Infantería de Marina controlaban el interior de los siete planteles educativos, convertidos en recintos electorales. Para ayudar a los ciudadanos el CNE montó carpas a fin de informarles el lugar donde debían votar.