Alcaldes, concejales y técnicos de los municipios del país que manejan las cuentas y recursos están en una carrera contra el tiempo.

El 10 de diciembre vencerá el plazo para que aprueben sus respectivos presupuestos. Esta vez con un detalle en común para los 221 ayuntamientos: los dineros que aporta el Estado serán inferiores a los de años anteriores debido a la caída en el precio del petróleo.

El viernes, cada barril del crudo West Texas Intermediate (WTI) de referencia para el ecuatoriano cerró a $ 42,52. En otras épocas llegó a cotizarse casi hasta los $ 100 y en alguna ocasión superó ese valor.

Los concejos cantonales ya se han reunido para tratar el tema y algunos ya hicieron sus proyecciones con montos tentativos. Aún nada está definido. Y ello se pudo comprobar en el caso de Guayaquil.

A finales de octubre, sus autoridades, encabezadas por el alcalde Jaime Nebot, anunciaron que para 2016 contarían con $ 707’200.000 para obras, pago de empleados y otros rubros. No transcurrieron ni 30 días y el burgomaestre manifestó la semana pasada en un enlace radial que se revisarían valores y que el presupuesto sería de $ 720 millones.

Una situación parecida se vive en otros 3 ayuntamientos considerados por EL TELÉGRAFO para este informe (ver gráfico).

Pero en medio de todas estas discusiones, sumas, restas, redireccionamiento de fondos y similares, ¿qué peso tiene la autogestión municipal?

En Guayaquil, para 2016, se prevé que los ingresos por recursos propios, es decir los correspondientes a impuestos y tasas, lleguen a $ 179’200.000, lo que equivale al 25,33% del presupuesto.

Lídice Aldás, concejal por el movimiento PAIS, cree que esa cantidad va a subir y tiene su explicación. “Creo que en autogestión va a haber una mínima alza. Aunque digan que no, van a subir los impuestos. Tenemos una preocupación como bloque por las adecuaciones de la propuesta para las tasas que se cobrarán por la regeneración urbana de 2013 y 2014”.

Añade que a partir 2016 se cobrará por esas obras, pero lo que más le llama la atención es que en unas zonas el valor será más alto que en otras. “Nosotros hemos pedido el estudio exacto de por qué en la calle Chimborazo se tiene un porcentaje más elevado que en otras calles, si es el mismo tipo de infraestructura y remodelación que se ha hecho”.

La capital azuaya tiene su propio escenario y la edificación del tranvía, cuyo funcionamiento se prevé para el próximo año, también incide.

María Fernanda Vintimilla, directora del Departamento Financiero del Municipio, afirma que la entidad tiene una capacidad de financiamiento como para cubrir los gastos que demanda la ciudad.

“El 30% de los ingresos en este año se basa en las recaudaciones, pero “podría llegar a ser el 60%, si no estuvieran de por medio las obras del nuevo sistema de transporte”, expresó Vintimilla.

A todos estos rubros, la administración de Marcelo Cabrera recibirá en 2016 un préstamo de $ 70 millones por parte de la Corporación Andina de Fomento (CAF), el cual irá destinado a la compra de maquinaria y arreglo de vías. En la ‘Atenas del Ecuador’ la autogestión tiene un peso de 24,2% en el presupuesto.

A casi 300 km de esta ciudad del Austro está Ambato. La capital de la provincia de Tungurahua tendrá que esperar al menos otras dos reuniones de los concejales y de los titulares de varios departamentos para saber con cuántos recursos contará de enero a diciembre del siguiente año.

Tentativamente serán $ 154 millones los destinados a las obras, pago de empleados y otros rubros. De ese valor (apenas $ 2 millones menos que 2015), $ 100 millones son de ingresos corrientes.

Este Municipio de la Sierra centro se nutre con los recursos de impuestos y tasas, pero también de lo que generan entidades como la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapa).

“A más de Emapa, contamos con el Cuerpo de Bomberos de Ambato, el Mercado Mayorista y la Empresa Pública Municipal de Gestión Integral de Desechos Sólidos (Gidsa). Estas cuatro instituciones y otras unidades desconcentradas, como el Hospital Municipal, son las que generan ingresos mensuales para el Cabildo y que ayudan en parte la sustentación propia”. El autofinanciamiento del ayuntamiento ambateño llega al 64% del presupuesto.

El alcalde de Machala, Carlos Falquez Aguilar (hijo del también exburgomaestre socialcristiano Carlos Falquez Batallas en el período 2009-2014), alista una actualización del catastro municipal.

El objetivo, de acuerdo a fuentes de ese gobierno autónomo descentralizado, es incorporar a aquellos predios que no contribuyen con la ciudad y paguen sus impuestos como lo hace el resto de habitantes.

“Vamos a potencializar los recursos para salir adelante ante esta situación crítica que vive el país”, afirmó Falquez. El concejal Washington López (MAR) espera que con los recursos se atienda a los machaleños más desposeídos. “La obra urbana se concentra en los sectores más pudientes de Machala”. En la capital bananera del mundo la autogestión municipal es del 34,4% en el presupuesto. (I)