“Pedimos que se ponga fin a un juego donde las víctimas son ignoradas y donde solo el interés económico de los más poderosos cuenta. Requerimos que los responsables de estas destrucciones reconozcan honestamente su responsabilidad y tomen las medidas necesarias”, es el llamado de importantes figuras internacionales, para que se haga justicia en favor de las víctimas de Chevron en Ecuador.

Francois Houtart, Frei Betto, Migue d´Escoto Brockmann, Wim Dierckxsens, Carlos Bojorques Urzais, Juan Marulanda Fernández, Fernando Martínez Heredia, Federico Mayor Zaragoza, Gian Carlo Delgado Ramos, Juan Marchena Fernández y Maurice Godelier, hacen “un llamamiento a todos los actores de este drama, especialmente a quienes tienen como tarea el ejercicio de la justicia, para que las poblaciones afectadas obtengan una rápida satisfacción a sus reivindicaciones; y para que la integridad de la naturaleza sea restaurada”.

La carta fue entregada a Donald Moncayo, que es uno de los miembros del Comité Ejecutivo de la Unión de Afectados por Texaco (UDAPT), organización que aglutina a más de 30 mil indígenas y campesinos de las provincias de Orellana y Sucumbíos, en las cuales la petrolera Chevron contaminó más de 450 mil hectáreas, lo que ha provocado graves impactos. “Hoy en día la salud de la población continúa afectada, con enfermedades de la piel, respiratorias y cánceres”, consta en la carta y anota que este es un “caso grave de la ignorancia de las externalidades (coste ambiental y social) de la lógica económica”.

La firma de este documento fue promovida por Francois Houtart, sacerdote católico y sociólogo, fundó el Centro Tricontinental (CETRI), que funciona en la Universidad Católica de Lovaina, su figura es muy reconocida en el movimiento Altermundista. Houtart, visitó hace algunos meses las zonas afectadas por las Operaciones de Texaco y se entrevistó con las víctimas, confirmando los graves perjuicios sufridos por la población.

En una corta comparación realizada por los firmantes, cita los casos del Amoco-Cádiz (1978) de la Standard Oil, frente a la costa de Bretaña (Francia); del Exxon Valdez (1989) de Exxon Mobil, en Alaska; del Erika (1999) de TOTAL-FINA-ELF, frente a las costas de Bretaña (Francia); del Prestige (2002) de la compañía rusa Crown Resources, frente a las costas españolas; y del derrame de la plataforma de BP en el Golfo de México (2010), sostienen que “la opinión mundial reaccionó para que se tomaran las medidas necesarias de limpieza y cumpliera la compensación a las víctimas. En el caso de Ecuador, los daños son mayores que en varios de los desastres referidos, y las justas demandas de las víctimas esperan todavía soluciones”.

El llamado (cartas) se da en momentos en que los afectados por Chevron ganaron el juicio en las tres instancias correspondientes en Ecuador y ejecutan acciones de cobro en Brasil, Canadá y Argentina, con el fin de cobrar la sentencia que asciende a más de 9.500 millones de dólares y que deberá ser empleada enteramente para reparación de las zonas contaminadas. El monto será administrado a través de un fideicomiso dirigido por los afectados.

Donald Moncayo, representante de la UDAPT aprovechó la recepción de esta carta y ratificó que este proceso judicial, que las poblaciones han mantenido por más de 21 años, es una demanda por la reparación y el respeto a sus derechos. Aclaró que durante la campaña ejecutada por los afectados, en ningún momento se ha pagado a personalidades que han visitado la zona y por el contrario, quienes se han pronunciado en su favor lo han hecho por conciencia y compromiso absoluto, luego de verificar los daños ocasionados por la petrolera y la grave situación que atraviesan los pobladores.

La calidad moral y el reconocimiento que el mundo ha dado a los firmantes, constituye un aval frente a la campaña sucia desatada por Chevron, que pretende evitar el pago de la sentencia, argumentando que el juicio es un fraude y que existe colusión con el Gobierno ecuatoriano para culpar a la petrolera. 21 años, rebasan cualquier gobierno, sostiene Moncayo y la verdad salió a la luz, por eso el respaldo de los firmantes es un apoyo vital para los afectados.