El presidente de la República, Rafael Correa, dividió en dos grandes bloques su intervención en el Informe a la Nación, que se desarrolló ayer en el pleno de la Asamblea Nacional. Fue la primera vez en la historia republicana que los ministros también presentaron sus rendiciones de cuentas.

En la primera parte de su alocución -que duró 42 minutos- el Jefe de Estado se centró en las críticas a los medios impresos de comunicación privados, los cuales ayer publicaron en portada y contraportada notas alusivas a una supuesta amenaza a la libertad de expresión que habría en el país y las reacciones por la sentencia en contra de diario El Universo.

Correa aseguró que desde el inicio de su gobierno  conocidos sectores de la prensa “han conspirado abiertamente” en contra del régimen. “Esta palabra tan sagrada (libertad) ha sido usada para defender determinados intereses”, manifestó el Primer Mandatario, quien ironizó el hecho de que varios periódicos hayan salido ayer con esas portadas si supuestamente no hay garantías. “En qué país en donde no hay libertad de expresión los diarios pueden salir con esas publicaciones”, se preguntó el gobernante ecuatoriano frente al aplauso de una Asamblea copada de funcionarios públicos, asambleístas oficialistas y de oposición, y de seguidores del movimiento Alianza PAIS, diplomáticos, periodistas e invitados especiales.

El Primer Mandatario justificó el comportamiento de los propietarios de los medios de comunicación privados al asegurar que estos están perdiendo sus beneficios.  Correa sentenció que “no puede haber libertad sin justicia. Y en regiones tan desiguales como América Latina, solo buscando la justicia lograremos la verdadera libertad”.

El Jefe de Estado, además, se preguntó si los medios de comunicación deben ser un contrapoder de los gobiernos.

Afirmó que con el comportamiento que han tenido en los últimos años y, sobre todo, en los distintos procesos electorales, la prensa se ha convertido en un actor político que “no defiende los derechos humanos sino que intenta acabar con una revolución que está terminando con sus abusos y buscando una verdadera justicia”.

Sobre el caso de El Universo, aseguró que lo único que se ha hecho es recurrir a las vías legales contempladas en la Constitución y en las leyes del país. También dijo que este caso puede ser tomado como una representación de una nueva época en donde se busca castigar a  los “sicarios de tinta” que manchan la honra de las personas.

En este punto, Correa reiteró que no permitirá que se metan con su honor, su familia y el 30 de septiembre, “en  donde manos criminales asesinaron a ecuatorianos e hirieron a decenas más”.

Finalmente citó varios artículos de convenios internacionales de Derechos Humanos en los que se protege el buen nombre de las personas frente a los medios de comunicación. También criticó que la prensa haya bloqueado sistemáticamente la aprobación de la Ley de Comunicación, que ahora deberá ser promulgada ante los resultados de la consulta popular del pasado 7 de mayo. 

Recuerda a víctimas del 30-S y promete severas sanciones

Luego de las rendiciones de cuentas del Vicepresidente de la República, del Canciller y de ocho ministros coordinadores, Correa volvió al podio para continuar con su discurso. Esa segunda parte la centró en recordar a las víctimas de la sublevación policial e intento de magnicidio del pasado 30 de septiembre en el Hospital de la Policía Nacional.

El Mandatario dijo que los  poderes fácticos que incitaron los asesinatos de los próceres de la Independencia en los inicios de la era republicana, “son los mismos que ahora intentan dejar en la impunidad los trágicos hechos del 30 de septiembre; son los mismos que intentan acabar con nuestra revolución (...) Otra vez las víctimas poniendo el corazón y los cobardes las balas”.

El gobernante prosiguió sus críticas a los sectores de oposición que solicitaron el perdón para los cabecillas de la sublevación policial. “Y después el coro de trasnochados que exudaban whisky, pidiendo la amnistía, felicitando  a los que asesinaban a inocentes, saludando a la violencia, exaltando el odio y el derramamiento de sangre”, subrayó.

Uno de los momentos más aplaudidos por los presentes fue cuando Correa criticó que una asambleísta pregunte quién ordenó el rescate del Mandatario, en vez de investigar por qué su hermano, encapuchado en aquella jornada, agredió a sus compañeros policías y a legisladores. Sus palabras hacían referencia a Lourdes Tibán, cuyo hermano Marcos, está acusado de participar en el motín.

“Yo no soy cobarde, no me encapucho ni escondo el rostro, siempre tenemos la mirada en alto, la cara limpia, la frente firme. Los cobardes, los asesinos no están en la Revolución Ciudadana”, manifestó.

Posteriormente procedió a brindarle “todo su respaldo y cariño” a los familiares de las ocho víctimas mortales que dejó la sublevación policial. De la misma manera agradeció a los miembros de la seguridad presidencial que lo acompañaron durante aquella jornada. También destacó el trabajo de los grupos élites de la Policía y de las Fuerzas Armadas “por su valentía y profesionalismo”.

Correa prometió que el Gobierno Nacional no permitirá que “la verdad sea conculcada o sea derrotada” en un tema como la sublevación policial a la cual calificó como “un hecho real que no podemos permitir que quede en la impunidad y que, peor, se vuelva a repetir”.

En la última parte de su discurso, el Jefe de Estado destacó el apoyo brindado por el pueblo ecuatoriano a las diez preguntas de la consulta popular de mayo pasado, a pesar de haber enfrentado “a la mayor coalición opositora que cualquier gobierno haya tenido que soportar”.

También agradeció la lealtad del vicepresidente de la República, Lenín Moreno, y el cariño que le brindan su esposa y sus tres hijos, los cuales se encuentran en Bélgica.

El Mandatario aseguró que  habrán sectores de la oposición con los que no se podrá dialogar, pero “con los ciudadanos de manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes por la patria, independientemente de ideologías, siempre, siempre será mucho más lo que nos una que los que nos separe”.