Europa vuelve a poner su mirada en América Latina
Eclipsada por la dramática situación financiera que se vive en España y Portugal, la XXII Cumbre Iberoamericana concluyó ayer en Cádiz con un protocolario mensaje económico como salvavidas para los dos países europeos. Pero detrás de la retórica diplomática y las fotos colectivas, las delegaciones de los 22 países participantes han comenzado el regreso a casa con la convicción generalizada de que hoy es Europa la que sufre las consecuencias de una fórmula económica neoliberal que ya hizo crujir las estructuras financieras de América Latina hace décadas.
El discurso realizado por el rey de España, ante los jefes de Estado presentes, demostró que encuentros multilaterales de este tipo terminan siempre con buenas palabras escritas sobre papel mojado. El rey no tuvo reparos en pedir ayuda ante lo que a Europa le viene encima: “Necesitamos más de Iberoamérica”.
En España, hoy solo existen ojos para soluciones que alivien la situación financiera de millones de personas, pero sin tocar ni una coma de la estrategia privatizadora que ya deja 6 millones de desempleados.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, demostró que su experiencia socioeconómica sobre esta crisis late vigorosamente en el corazón ya no solo de migrantes ecuatorianos, sino de cientos de españoles que se manifiestan a diario contra las políticas neoliberales del gobierno conservador de Mariano Rajoy.
Su visión sobre la sumisión del poder político a la banca ha afianzado su discurso en los movimientos sociales de España, que buscan desde hace tiempo un referente internacional pragmático. “Ayudar a la banca a salir de la crisis que ellos provocaron a costa de los ciudadanos no es democrático y no dará resultados. No lo digo yo, lo dijo Galbraith hace años”, señaló en una conferencia en la Universidad Pedro de Olavide de Sevilla, el día previo al inicio de la Cumbre.
Ayer, en su intervención en la Cumbre, pidió “trabajar juntos para evitar los abusos del capital transnacional contra los países latinoamericanos”. Se refirió al abuso del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), ante la demanda de la petrolera estadounidense Oxy, que obliga al país al pago de $ 1.770 millones más intereses.
Pero la gira italo-española de Correa ha servido para coordinar dos aspectos fundamentales en la protección de los derechos de los migrantes. En Cádiz pudo acercar posturas con Rajoy sobre la cobertura sanitaria de unos 10 mil ecuatorianos que han perdido sus derechos a recibir asistencia gratuita, a causa de la crisis, y logró arrancar el compromiso de que los desahucios inmobiliarios serán frenados.
El éxito de la diplomacia ecuatoriana en España tuvo poco que ocultar. Lo más evidente fue en los actos que estuvo Correa hubo más público que en aquellos que acudió el rey. En 4 días de actividad, el Presidente concedió unas 20 entrevistas y asistió a numerosos actos ciudadanos en los cuales fue aclamado.