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El Telégrafo

Esposos piden a los medios una mayor responsabilidad

Domingo 7 de octubre de 2007. Eran las 07:30 y las actividades cotidianas al interior del hogar de la familia Campaña-Caiza estaban más ajetreadas de lo normal porque en menos de hora y media debían estar en la iglesia evangélica a la que normalmente asisten.

Debido a la cantidad de menores de edad que hay en la casa (seis en total), los esposos decidieron que se compartan los baños para poder llegar a tiempo al templo. A las 08:00 , los niños aún no salían de la ducha, los padres temieron que algo pasó.

Pasadas las 08:15, los pastores de la iglesia a la que acuden Álex Campaña y Marcela Caiza recibieron una llamada de auxilio. Inmediatamente se trasladaron hasta el departamento, ubicado en el Conjunto Los Olivares, al norte de Quito.

Después de varios minutos de golpear la puerta y no recibir respuesta, los religiosos decidieron llamar a los bomberos para pedir auxilio. En el parte de los rescatistas se informó que luego de ingreso al departamento, se encontraron a cuatro menores  sobre una cama y dos en el suelo. Éstos últimos -Mateo y Ariel Campaña Caiza- estaban muertos.

Mientras los paramédicos socorrían a los desmayados y procedían a levantar los cuerpos de los menores fallecidos, los pastores evangélicos empezaron a orar en voz alta como parte de un ritual de su iglesia que tiene como objetivo alejar a los espíritus malignos que, según ellos, habían llegado esa mañana al hogar de la familia Campaña-Caiza.

Para cuando el cuerpo de bomberos y la asistencia médica llegaron a la ambulancia parqueada frente al condominio, un tropel de cámaras de televisión y de periodistas se abalanzaron sobre ellos y hacia los padres de las víctimas.

Aún queda en la memoria de los implicados en el caso las tomas que en los días subsiguientes salieron en los canales de televisión de los religiosos imponiendo sus manos sobre la puerta de la ambulancia y orando a todo pulmón por el alma de las víctimas.

Hasta ahí, lo publicado era verdad. Álex Campaña y  Marcela Caiza no temen profesar su fe ni tampoco se avergüenzan de sus rituales. Lo que sí extrañó a la pareja fue que al día siguiente -cuando ya estaban detenidos por la Policía para las investigaciones- empezaron a surgir en los medios de comunicación, sobre todo en diario Extra y en los noticiarios de Teleamazonas, la información de que dos menores habían fallecido producto de “rituales satánicos” que sus padres habían practicado en su departamento.

Como consecuencia de la, según los padres, “malintencionada” atención que dieron los medios de comunicación a este caso, hubo mucha presión sobre las autoridades lo que derivó en que la Fiscalía fijara cargos en contra de Campaña y Caiza por filicidio (asesinato de un hijo por parte de uno de sus padres).

La situación estaba cuesta arriba para este matrimonio, sin embargo sus abogados veían en las autopsias de los menores una oportunidad para desmentir a las versiones de la prensa y las sospechas de las autoridades.

No estuvieron equivocados al confiar en esas pruebas. Luego de tres días de detención, el Instituto Izquieta Pérez emitió un informe sobre el caso en donde se confirmó que la muerte de los niños se debió a  una intoxicación con monóxido de carbono, producida por la combustión del gas del calefón. 

Como lamentablemente era de esperarse, esta información no fue tan publicitada por los medios de comunicación que habían calificado y sentenciado de asesinos al matrimonio Campaña-Caiza.

Tuvo que pasar una semana para que los esposos recuperaran su libertad. En los días posteriores comenzaron y pudieron contar su verdad ante la opinión pública. Pero el daño ya estaba hecho.

Alex Campaña y Marcela Caiza cuentan que tras salir la cárcel fueron tachados por la sociedad de asesinos y, lo peor de todo, sus amistades les dieron la espalda.  “Esto se  lo debemos a la prensa nacional (...) Esperamos que sean más responsables por lo que dicen, por lo que escriben y por que callan”, manifestó Álex Campaña -pocos días después de haber sido excarcelado- en referencia a la serie de reportajes que emitió la cadena Teleamazonas en donde se los acusaba de pertenecer a sectas satánicas que efectuaban rituales en Quito.

La familia exige que su honor sea resarcido y este tratamiento noticioso sirva de precedente y sea una muestra de cómo una nota periodística mal construida puede destruir el honor de una familia
“No tuvimos oportunidad a nada, ni a una autodefensa, a nada, porque todo mensaje subliminal de la prensa hizo que la policía comenzara a investigar pensando que éramos culpables de la muerte de nuestros hijos”, subrayó Álex Campaña.

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