¿Cuán cierto es el malestar en los altos mandos de la Fuerza Terrestre por el cambio de su comandante?

Existe normalidad y tranquilidad. Esto se puede apreciar en los actos realizados para conmemorar el aniversario de la Batalla de Tarqui, que es también el Día del Civismo y el Día de la Unidad Nacional. Como ustedes han podido constatar hemos realizado todas las actividades previstas para la conmemoración del Día del Ejército Ecuatoriano. De igual manera, todas las actividades de los equipos estratégicos, y mi propio viaje a Perú, se han realizado con total normalidad, según lo previsto.

El hecho es que después de haber recibido y tramitado el pedido de disponibilidad por solicitud voluntaria del general de División Marco Vera Ríos, se realizó el procedimiento establecido para que el señor Presidente pueda nombrar al sucesor. El general Peña está a cargo del Ejército desde el 22 de febrero, cumpliendo de manera normal con sus actividades como comandante del Ejército.

Lo que sí hay que resaltar es el interés de ciertos sectores de la prensa y de ciertos pseudoanalistas por crear “malestar”, quizá  como parte de una campaña para deslegitimar a los funcionarios del Gobierno, particularmente luego del triunfo contundente de la Revolución Ciudadana en las urnas. Hay que tener mucho cuidado con esos intentos. El Ejército es una institución seria  y sus miembros conocen muy bien la ley, las regulaciones y procedimientos, y no se dejan confundir con los embates desafortunados de cierta prensa.

Uno de los avances institucionales en la democracia ecuatoriana ha sido la estabilidad en las Fuerzas Armadas, ¿se rompió eso?

No, de ninguna manera. Al contrario, el Gobierno de la Revolución Ciudadana es el que más ha fortalecido la institucionalidad del Estado y esto se refleja también en la institucionalidad de las Fuerzas Armadas. Ahora más que nunca cuentan con estabilidad  y con un gran respeto. Esto ha sido una prioridad del Gobierno de la Revolución Ciudadana y del Ministerio de Defensa Nacional. Se ha aumentado la capacidad operativa, se han mejorado las condiciones de vida y el bienestar del personal, ahora tienen salarios dignos y contamos con una mejor infraestructura en guarniciones y en vivienda fiscal. En estos dos últimos temas, nuestro Gobierno ha tenido que resolver un abandono de casi 40 años.

Las Fuerzas Armadas cumplen un rol protagónico en el desarrollo del país. Ejecutan cotidianamente el mandato constitucional de proteger los derechos, libertades y garantías de los ecuatorianos y ecuatorianas. Hoy más que nunca el Ministerio de Defensa Nacional y el alto mando militar sumamos nuestros esfuerzos para aportar firmemente a la construcción de un país en el que la cultura de paz y la solidaridad garanticen el buen vivir de las y los ciudadanos. ¿Cómo no reconocer el trabajo profesional, abnegado, sacrificado de nuestros soldados?

¿Cómo garantizar la autoridad civil en las Fuerzas Armadas dentro de este nuevo proceso, tras los resultados del 17 de febrero?

La Constitución es muy clara. En el artículo 159 señala que las Fuerzas Armadas “cumplirán su misión con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución”. Al momento estamos trabajando en la actualización de la agenda política de defensa, con una amplia convocatoria de civiles y militares. Estamos construyendo una agenda con varios ejes cuyo objetivo es cumplir el mandato constitucional de consolidar a  Ecuador como un territorio de paz, como un país soberano y digno.

Estos ejes incluyen las propias expectativas de la ciudadanía sobre el proyecto de país que queremos  y cómo las Fuerzas Armadas aportan a esa construcción. Es decir, además de la soberanía territorial, debemos considerar la soberanía tecnológica, la soberanía económica, la soberanía energética, la soberanía alimentaria, la soberanía ecológica, entre otras. Creo que las Fuerzas Armadas están involucradas profundamente en el nuevo horizonte del país y de la región.

¿Hay demandas de los mandos de las Fuerzas Armadas que este Gobierno no haya podido satisfacer a tiempo y dentro de la dimensión de lo solicitado?

A partir de 2007 se ha incrementado el presupuesto de las Fuerzas Armadas, lo que se refleja en mejoras en los destacamentos militares, en el mejoramiento y la construcción de la vivienda fiscal y en el aumento de la capacidad operativa. Como señalaba, nos ha tocado cerrar una brecha de casi 40 años de descuido y abandono, y esto es un proceso. Se han fortalecido los institutos de investigación de la defensa  y, en estos días, la Fuerza Aérea inició las pruebas del último prototipo de avión no tripulado, como un ejemplo de los avances en este campo.

Los requerimientos de las Fuerzas Armadas se encuentran incorporados en la planificación institucional, por lo cual evaluamos periódicamente su cumplimiento. La optimización de recursos también pasa por la coordinación interinstitucional, que es permanente en el campo de la defensa. Lo que es necesario resaltar es que cada vez hay mayor conciencia entre los mandos y la tropa con respecto a la necesidad de planificar y optimizar el uso de los limitados recursos del Estado.

En los militares en servicio pasivo hay intranquilidad porque señalan que no se atiende con la misma prontitud sus requerimientos como se hace con los del servicio activo. ¿Cuán cierto es esto?

La voluntad política del Gobierno Nacional es cumplir con todos los ecuatorianos y ecuatorianas, incluyendo a los militares en servicio pasivo. Creo que lo principal para el caso de los pasivos es asegurar la estabilidad del ISSFA y la atención médica de calidad y creo que estamos cumpliendo estos aspectos.

Lo que sí es verdad, y lo vimos en esta campaña electoral, es que hay sectores políticos interesados en tergiversar la información para intentar desinformar y crear malestar entre los pasivos, lo cual no ha funcionado, como se evidencia con el triunfo abrumador del presidente Rafael Correa y de Alianza PAIS el 17 de febrero.

¿Con los cambios de hoy (miércoles) se puede advertir que se superan los problemas que supuestamente, según un general que en forma anónima ha dicho a otro diario, se suscitaron los últimos días?

No hay problemas que superar. El cambio que se ha producido es una respuesta a un trámite normal que se dio en la Fuerza Terrestre. Es decir, el cambio responde a una solicitud de disponibilidad voluntaria realizada por el anterior comandante, quien por cierto es un brillante y abnegado oficial del Ejército.

Solo tenemos palabras de reconocimiento y admiración por su trabajo. Lo que se ha hecho es cumplir con la normativa para nombrar un nuevo comandante de la Fuerza Terrestre, que se ha realizado de manera inmediata precisamente para asegurar la continuidad del mando. La cadena de mando, en todos los niveles de las Fuerzas Armadas cumple con normalidad su labor. Estamos seguros que el general Jorge Peña cumplirá con responsabilidad y amor a la Patria la misión que se le ha encomendado.