Los aguaceros dieron una tregua ayer en las provincias donde causaron mayores estragos.
Aquello fue aprovechado por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), para despejar las principales carreteras.

De la que aún no se conoce cuándo será reabierta es la Alóag-Santo Domingo. En esta ruta se produjeron cerca de 35 aludes en diferentes tramos.

Un reporte del Gobierno Autónomo Descentralizado de Santo Domingo, en su cuenta de Twitter, informó que la mesa vial en un trecho de la vía 10 de Agosto-3 de Julio-Cocaniguas, cedió.

La Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) también desplazó a su personal a las poblaciones afectadas por las inundaciones y deslaves.

Los técnicos evaluaron los daños en carreteras para determinar las zonas de peligro y similares, mientras otros funcionarios se dedicaron a la entrega de ayuda.
Agua, vituallas, medicinas y similares fueron proporcionados a las familias que se vieron obligadas a abandonar sus casas.

En Santa Rosa y Huaquillas, al menos 71 familias, que comprenden 285 personas, entre ellas 42 niños, niñas y adolescentes, suman los afectados por las lluvias. Todos reciben atención por parte del Ministerio de inclusión Económica y Social (MIES) en tres albergues.

El cantón Santa Rosa es el que más problemas atraviesa debido al desborde el río Pital, el cual inundó al menos 8 barrios.

En esas localidades ubicadas en el perfil costanero se declaró el estado de emergencia.
Ángela Torres, quien vive en el barrio 29 de Noviembre, recordó que al amanecer del viernes vio cómo su casa se anegaba.

“Es la segunda vez que se inundan estos sectores. Nosotros tuvimos que alzar los electrodomésticos en la terraza. Por suerte, el río estaba calmado y no había correntada”, dijo Torres.

Iván Rivadeneira, director del MIES, Distrito Piñas, señaló que en Santa Rosa están albergadas 42 familias y en Huaquillas, 29.

La cartera de Estado proporcionó  colchones, vituallas, alimentos y menajes de dormitorio a los damnificados.

Mientras en Chone, provincia de Manabí, una fuerte lluvia que cayó la tarde del viernes dejó inundadas algunas de las principales calles.

Avenidas como la 7 de Agosto, Bolívar y la Pichincha quedaron bajo el agua por la precipitación, que se prolongó varias horas.

Por momentos, el tránsito vehicular se complicó. Más allá de este hecho, las lluvias no han causado otros daños. Al contrario de ocasiones anteriores, el río Garrapata no se desbordó, debido a la reciente limpieza de las palizadas.