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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

El respeto y la autoridad, los retos del aula de clase

Hoy se recuerda al maestro ecuatoriano. En el país, el sistema de educación pública está conformado por 54.595 docentes bajo la modalidad de contrato. Ellos son los responsables del proceso educativo de 3’144.471 estudiantes.

Profesores, especialistas y autoridades del Ministerio de Educación (ME) analizan el rol del maestro, su posición de autoridad ante los alumnos y los cambios que se implementarán a través del bachillerato general unificado.

Una cifra reveló ciertas falencias en la capacidad de razonamiento lógico de los bachilleres: el 56% de los estudiantes que se presentaron a la prueba del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión para ingresar a cinco universidades públicas del país, no alcanzó el puntaje mínimo de 550 requerido.

Fredy Peñafiel, Subsecretario de Coordinación Educativa y ex-gerente del proyecto “Nuevo bachillerato ecuatoriano”, dice que esos resultados “eran previsibles por el abandono que ha sufrido el sistema” y argumenta que en los últimos 30 años el Estado no había construido un solo colegio en el país.

Considera también que los profesores, durante años, no recibieron las capacitaciones adecuadadas. “Uno de los grandes núcleos de capacitación era el Sindicato de Profesores. Tenía talleres tan extraños como ‘Curso para hablar en público’,  de origami y se aprobaban solo con asistir. No eran evaluados”.

¿Cómo solucionar las dificultades en lectura comprensiva? El Ministerio de Educación propone el empleo, desde el próximo año en el ciclo Sierra, de textos aprobados por esta cartera de Estado, desde primer año de básica hasta décimo. Esos libros estandarizados corresponderán a las asignaturas de Matemáticas, Ciencias, Literatura y Lenguaje.

Ahora, asegura Peñafiel, el ME oferta los cursos a través de las universidades, se califica mediante exámenes y se plantean dos o tres módulos de lectura comprensiva.

¿Cómo solucionar la sobrepoblación de estudiantes en ciertos establecimientos? El funcionario  explica que las coordinadoras zonales, que manejan tres provincias cada una, han remplazado a la Dirección Nacional de Servicios Educativos que antes asignaba los recursos, exclusivamente, desde Quito. “Las coordinadoras pueden abrir otros niveles para bajar la sobredemanda de los colegios”, dice.

Autoridad y respeto

“Yo no es que sea malcriado con todos mis maestros, pero con los que no saben nada, sí”, asegura Jaime Salazar, estudiante de 15 años.

Los profesores hoy en día  también se enfrentan, en algunos casos, a la falta de interés de los estudiantes. “Esto se da en muchos casos porque el profesor intenta enseñar como le enseñaron a él, yo trato de llegar a mis alumnos a través de la duda, de la emoción y de recursos audiovisuales”, explica Gabriela Silva, profesora del Literatura del colegio Aleman Humboltd.

“Prefiero que los jóvenes recuerden las sensaciones que vivieron al leer un libro, a que recuerden de memoria las descripciones de un personaje; o que sientan que tienen que leer más de ese autor, a que se acuerden la fecha exacta de su nacimiento y muerte”, apunta.

Cecilia Vera, doctora en Ciencias de la Educación, considera que: “La mayoría de los jóvenes estudiantes aprecian al maestro que los respeta y toma en cuenta sus percepciones, emociones y criterios como base de un diálogo en el que se escucha pero en el que el maestro mantiene indeclinables sus principios en el pensar y en el hacer”.

Con este criterio coincide el estudiante de 15 años Santiago Fernández: “La máxima autoridad en el aula la tiene el maestro, pero debe dejar al alumno que dé su propio punto de vista o sus opiniones y no debe abusar de su autoridad”.

Guillermo García, psicólogo y asesor de evaluación, no es partidario de los “deber ser” o ideales regulatorios, sin embargo, los considera inevitables y necesarios. “También es indispensable preguntarles a los niños y jóvenes qué quieren de sus profesores, qué quieren que hagan y cómo quieren que sean. Igual a los demás actores del proceso educativo, luego confrontar esas ideas”.

García destaca ciertos rasgos, como la vocación, el ejercicio del pensamiento crítico y creativo, una ética firme  y, sobre todo, el ser: “Alguien que suscite preguntas, más que alguien que llene de respuestas”.

Los estudiantes consultados por este diario, sobre el perfil del maestro que les gustaría tener, hablan mucho del respeto y la autoridad como elementos necesarios dentro del aula de clase.

Para Gabriela Silva, el maestro de hoy debe tener claro que la figura de autoridad, en nuestros días, ya no existe. “Nos relacionamos con estudiantes expuestos al doble o triple de la información que manejábamos nosotros cuando éramos adolescentes, por lo tanto es necesario estar todo el tiempo en la búsqueda de información, de nuevos métodos; no podemos seguirles pidiendo que memoricen fechas, por ejemplo, sino que debemos elaborar con ellos procesos de construcción de un pensamiento lógico e interdisciplinario”, asegura la docente.

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