El paro cafetero continúa afectando al área fronteriza
La situación en la frontera entre Carchi (Ecuador) y Nariño (Colombia) tendía a normalizarse ayer tras la finalización, el martes, del paro de camioneros colombianos que por más de ocho días inmovilizó automotores, viajeros y mercancías.
Sin embargo, la medida de hecho iniciada por los productores cafeteros del otro lado de la frontera mantenía aún en zozobra a los departamentos de la parte sur de Colombia y agravaba los efectos de la paralización de los transportistas.
En Nariño, por ejemplo, la situación continuaba siendo crítica por la escasez de combustible y gas propano, además de elementos básicos como oxígeno y otros productos vitales para la atención médica.
Sumado a ello, en las terminales tanto de Ipiales como de Pasto cientos de pasajeros llevaban durmiendo varios días a la espera del fin del paro cafetalero.
En esta situación se hallan ecuatorianos que viven o tienen negocios en el vecino país. Por ejemplo, el guayaquileño Alberto Peñafiel lleva siete días en Ipiales, a la espera de poder llegar a Bogotá, donde tiene un local de venta de productos.
Entre tanto, en Tulcán empieza a sentirse la ausencia de turistas colombianos, muchos de los cuales llegan del interior de su país y compran mercancías tales como ropa en la capital carchense en sus visitas.