El obispo español Gonzalo López se marchará del país
El obispo español Gonzalo López Marañón, que estuvo envuelto en una disputa que dividió a los católicos de la provincia de Sucumbíos, se marcha de Ecuador con la apuesta por una Iglesia que conviva con la sociedad, en vez de que sea un sistema “autoritario”, “inflexible” y “despiadado”.
López Marañón, de 77 años, de los Carmelitas de los Pies Descalzos estuvo durante 40 años en la provincia amazónica de Sucumbíos, hasta que a finales del año pasado se jubiló como vicario de Sucumbíos.
Durante este tiempo, los Carmelitas de los Pies Descalzos construyeron un modelo de iglesia con un fuerte enfoque social, con activa participación de indígenas, afrodescendientes y mujeres. El Vaticano designó como su sustituto a Rafael Ibarguren, de los Heraldos del Evangelio, una congregación que llegó a la zona con una idea jerárquica de la Iglesia, según simpatizantes de López.
El nombramiento del nuevo obispo ocasionó una disputa entre partidarios de uno y otro modelo, incluso se enfrentaron a golpes. Para López Marañón, la designación de Ibarguren se debe a que el concepto de Iglesia que se creó en Sucumbíos “no les cabe mucho en la cabeza” a los que defienden “estructuras jerárquicas e impositivas”.
Después del conflicto desencadenado en Sucumbíos tanto los Carmelitas como los Heraldos fueron expulsados de la región y ahora hay un vicario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Ángel Polibio Sánchez, que no pertenece a ninguna orden.
A finales de mayo, López se instaló en un parque de Quito e inició un ayuno que duró 24 días para pedir la reconciliación en Sucumbíos.
Por ahora, el sacerdote se va a España, al convento que tienen los Carmelitas, donde pasará un año sabático y de reflexión, en el que, dice, se acordará de Sucumbíos y de su gente.