La Iglesia católica tiene 7 sacramentos. Y para los feligreses son una herramienta para alcanzar la gracia de Dios, puesto que fue Jesucristo quien los dejó instaurados. En la lista constan el bautizo, primera comunión, confirmación, matrimonio, confesión, eucaristía y unción de los enfermos.  

Con el transcurso del tiempo hay unos sacramentos que se han vuelto un lujo. La Iglesia no tiene un tarifario que unifique cuánto deben cobrar las parroquias por celebrarlos, pues eso depende de cada una.

Los más económicos son la primera comunión y confirmación, cuyo costo puede ser desde $ 5, que se paga por la inscripción. El más costoso, en cambio, es el matrimonio. La Iglesia aclara que no se cobra por los sacramentos, pues no tienen un costo, son gratuitos. Sin embargo, todos tienen un valor fijo para esa ‘ofrenda voluntaria’, que debe cancelarse para poder separar un cupo y concretar la celebración del evento.

El tema de los cobros en las Iglesias fue abordado por el papa Francisco en su visita al país, a inicios de mes. Entre bromas, dijo a los fieles: “No se preocupen que no les cobraré por la bendición”, cuando visitó el Santuario de la Divina Misericordia, en donde bendijo a ancianos y personas con discapacidad.

Este fue el preámbulo de un mensaje específico sobre la gratuidad, durante la reunión que mantuvo con los religiosos en el Campo Mariano, 2 días después, en Quito. En esa ocasión, el Pontífice dejó de lado el discurso que tenía preparado e improvisó uno nuevo, cuyo eje central fue la entrega gratuita del servicio a la Iglesia.

“Hoy tengo que hablarle a los sacerdotes, a los seminaristas, a las religiosas, a los religiosos y decirles algo”, introdujo el Pontífice y prosiguió con el ejemplo de María, quien fue la primera discípula de Jesús. “Por eso, hagan que se manifieste la gratuidad de Dios. Religiosos, sacerdotes, seminaristas”, insistió.

Además, recordó que los seminaristas recibieron gratis la gracia de Dios. “Todos los días vuelvan, hagan ese camino de retorno hacia la gratuidad con que Dios los eligió. Ustedes no pagaron entrada para ingresar al seminario, para entrar a la vida religiosa”.

El Pontífice resaltó a quienes ocupan algún cargo dentro de la Iglesia, como los obispos, que recuerden no hacerse importantes. “Somos objeto de gratuidad de Dios. Si olvidamos esto, lentamente, nos vamos haciendo importantes”.

Precios varían según las parroquias y sus barrios

En la página web de la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, ubicada en la vía a Samborondón, detallan que “los sacramentos no tienen precio, puesto que la gracia y los dones de Dios no tienen costo. Lo que sucede es que, con ocasión de la boda, los fieles deben  dar a la iglesia un donativo para cubrir los múltiples gastos en que se incurre con motivo de una celebración en el templo (luz, aire acondicionado, guardias, mantenimiento en general de la iglesia...)”.

Adicionalmente, exhortan a los novios a “colaborar con las variadas e importantes labores que desempeña la parroquia: atención social, cuidado de enfermos, mantenimiento, guardianía, seguridad, catequesis en recintos, alimentación a los necesitados, etc.  Por lo tanto, se apela a su conciencia y a su generosidad con Dios y con la parroquia para que su aporte ayude a todos los fieles necesitados. La secretaria les orientará sobre  este aspecto”, señalan en lo referente al costo.

Al solicitar información, la secretaria de la parroquia explica que se necesitan varios documentos que certifiquen la celebración de los otros sacramentos (bautismo, primera comunión y confirmación). Pero también se debe acudir a una reunión con el sacerdote y entregar la mitad de la ‘ofrenda’ ($ 200).

El obispo auxiliar de Quito, Danilo Echeverría, reiteró que no se trata de un cobro. “Cada diócesis tiene su propia regulación, pues no es lo mismo Quito o Guayaquil con Sucumbíos, Coca u otra similar. En este sentido, cada obispo se reúne con sus colaboradores y en unidad se trata de poner opciones para que tengan una referencia”.

El sacerdote indicó que esta gracia divina es sagrada y sería una barbaridad ponerle precio.

Se paga es por el tiempo, los recursos. “Pero sí está claro que no es lo mismo casarse en una iglesia patrimonial, que necesita unos cuidados de mantenimiento, seguridad y que tiene un peso también histórico, que en una más moderna que no tiene esas mismas inversiones”, manifestó Echeverría.

En Guayaquil hay iglesias, sobre todo en los barrios populares, que cobran entre $ 25 y $ 30 por oficiar una boda. A eso se suma el costo del curso prematrimonial, que suele tener el mismo precio y sin el que no se puede recibir el sacramento.

Una de las parroquias en donde cuesta menos casarse es en Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, ubicada en  la 34 y la A. Los novios deben pagar $ 50, que incluye el curso. Hay iglesias que ponen un valor como multa anticipada en caso de atrasos. Unas piden una garantía de $ 50 y otras de $ 100. Este valor es devuelto en caso de que los novios lleguen temprano.

La diferencia de precio no es por zonas, sino por iglesias. Por ejemplo, en la parroquia San Vicente Paúl, ubicada en la 24 y la A, casarse cuesta $ 120; en la Sagrados Corazones, 29 y la F, se paga $ 75. Las 3 últimas en el suburbio de la urbe.

En la parroquia San Juan Bautista, en la ciudadela Los Esteros, se puede celebrar una misa exclusiva para el matrimonio, 1 hora después de la homilía normal, pero con un recargo de $ 30, en total $ 150.

Aunque hay muchas parejas que no los retiran por vergüenza dejan ese dinero para el trabajo social.

Antes el Papa ya se había referido a los cobros por los sacramentos. Lo hizo durante su viaje de regreso a Roma en noviembre de 2014. En Quito lo dijo nuevamente: “No cobren la gracia, por favor, que nuestra pastoral sea gratuita. Y es tan feo cuando uno va perdiendo este sentido de gratuidad y se transforma. Sí, hace cosas buenas, pero ha perdido eso”.

Estos y otros mensajes que dejó el Pontífice son analizados por los miembros de la Iglesia, a través de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. El obispo Echeverría detalló que cada diócesis hará un plan de trabajo que actualizará los mensajes que el Papa dejó en América Latina. (I)

DATOS

Para las celebraciones de las misas los costos están más unificados. Para que la ‘intención’ sea nombrada por el sacerdote en una misa habitual se paga $ 5. Mientras que para hacer una misa exclusiva el costo es de entre $ 20 y $ 40.

Otros sacramentos, como el bautismo, primera comunión y confirmación, también tienen un valor casi unificado para la inscripción, que va desde $ 13, con la entrega de un libro para los estudiantes.

Los servicios que no tienen costo son la unción de los enfermos, la eucaristía y la confesión.

Los obispos del país ya se han reunido para analizar los mensajes del Papa y será la Conferencia Episcopal la encargada de difundir los cambios que adopten. Antes de la visita, la entidad envió notificaciones a la Santa Sede sobre los temas en los que se trabaja en Ecuador. Los cambios, de existir, se irán implementando poco a poco y los resultados serán a largo plazo.

Los sacerdotes afirman que no se trata de un pago por el sacramento, sino por el servicio que presta la parroquia. Los obispos analizan el mensaje del Papa: “No cobren por la gracia”.

Los fieles pueden recibir 3 sacramentos sin dar dinero a cambio: la bendición, la unción de los enfermos y la confesión, para el resto se paga por el servicio. (I)