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El Telégrafo

El siniestro inició la noche del sábado en el cantón Pedro moncayo

El MAE evalúa daños del incendio en Mojanda (Video y Galerías)

Desde la parroquia Atahualpa se observa el humo del incendio que se originó cerca de la laguna de Mojanda. Foto: John Guevara.
Desde la parroquia Atahualpa se observa el humo del incendio que se originó cerca de la laguna de Mojanda. Foto: John Guevara.
05 de agosto de 2014 - 00:00 - Redacción Actualidad

Desde Perucho, al noroccidente de Quito, ya se divisa el espeso humo que envuelve el cerro Mojanda Fuya Fuya. El humo se confunde con la niebla, mientras en las colinas más cercanas pastan unas vacas.

En Atahualpa, la parroquia más afectada por el siniestro, ya que comparte con Otavalo (Imbabura) la reserva de Mojanda, Elizabeth Morales alistaba los alimentos y bebidas para alrededor de 120 personas que desde las 06:00 colaboraban en las tareas para apagar el incendio.

Entre ellas están 52 militares, 20 bomberos de Tabacundo, policías de las zonas aledañas y voluntarios de la comunidad. William Castelo, presidente de la Junta Parroquial de Atahualpa, informó que hasta el mediodía lograron apagar las llamas en un área de 2 km, pese a que el viento empuja el fuego haciael lado oeste de la reserva.

Todos los esfuerzos se concentraron ayer en Atahualpa con el fin de evitar que las llamas lleguen hasta el bosque protector de Mojanda Grande. “Atravesamos unas peñas, poniendo en riesgo nuestra vida para cruzar, pero hasta el momento no hay ninguna persona afectada”, afirmó Castelo, en el sitio de incendio, desde donde observaba las localidades de Otavalo y Cotacachi, al otro lado del cerro.

Los comuneros solicitaron apoyo aéreo, pues lo agreste del terreno les impedía avanzar hacia donde se extendía el fuego. El representante de Atahualpa comentó que en la mañana un helicóptero de la Policía y otro de las Fuerzas Armadas sobrevolaron el sector, pero hasta las 13:00 no se sumaban a las tareas para aplacar el incendio. El personal de socorro y los voluntarios tenían ramas y palas como herramientas.

Bosque nativo está en riesgo

El Comité de Operaciones de Emergencia de las 5 parroquias del sector (Puéllaro, Perucho, Chavezpamba, Atahualpa y San José de Minas) se activó la noche del domingo, luego de confirmar que los equipos de socorro no lograron controlar el incendio forestal que, según difundió la Secretaría Nacional de Riesgos en su página web, ya consumió 980 hectáreas de vegetación.

“El cerro Fuya Fuya está totalmente consumido, desde el sector de las lagunas de Mojanda, en el lado este, y el fuego se propaga hacia el oeste”, informó Castelo, tras anotar que la zona del incendio se ubica a 10 km de Atahualpa.

“Lo más lamentable es que está quemado prácticamente todo el contorno del cerro del lado de Pedro Moncayo, en donde habitan conejos, halcones y lobos de páramo, ahora está todo destrozado”, acotó.

Por ello, la prioridad de los pobladores es evitar que las llamas lleguen hasta la reserva de Mojanda Grande, en donde hay tarquis, colcas, pumamaquis, cedros y otras especies.

El Ministerio del Ambiente (MAE) informó que el incendio fue controlado parcialmente en la zona de Imbabura, mientras que las labores continúan en la zona de Pichincha debido a que la topografía, accesibilidad, los vientos y las altas temperaturas complican el trabajo.

Personal del MAE de Imbabura realiza un barrido de la zona para determinar con exactitud el área de afectación y las posibles causas del siniestro, que consumió varias hectáreas de vegetación nativa. “Las llamas aún no han afectado las zonas de bosques, únicamente pajonal, por lo que el MAE trabaja de manera continua con el fin de apagar el incendio”, puntualizó el comunicado.

A pesar de los esfuerzos, cerca de las 17:00 los moradores que apoyaron a los grupos de socorro se preparaban para regresar a Atahualpa, pues no tuvieron éxito en controlar las llamas. Una quebrada les impedía el paso, contó Morales.

Cerca del parque central de la parroquia, María Fabiola Vásquez lavaba su uniforme. Su preocupación -dijo- es cómo el incendio afectará al ecoturismo. “Los bosques son los pulmones de la ciudad”, expresó.

Rodrigo Vaca, otro morador, se lamentaba: “Se está destruyendo la naturaleza. Necesitamos saber de dónde provino el fuego”.

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