El Ministerio de Finanzas, a través de un comunicado oficial, defendió el proyecto de reforma tributaria que enviará a la Asamblea Nacional en donde se contempla un impuesto ambiental   a las botellas plásticas no retornables para bebidas y a las fundas de plástico y de papel que tienen por finalidad facilitar el transporte de cualquier producto adquirido por un consumidor en establecimientos comerciales.

Estos impuestos, asegura el texto, tienen como objetivo reducir la utilización de estos envases y fundas para disminuir la contaminación ambiental que generan, promocionar recursos renovables y fomentar procesos de reciclaje como parte de una política ambiental integral.

Según la propuesta que planteará el Ejecutivo, se gravará con 2 centavos de dólar por unidad a los envasadores e importadores de botellas plásticas.  La cartera de Estado aclara que “si bien este impuesto podría ser trasladado en parte al consumidor vía precio, las personas que recolecten las botellas no retornables y las depositen en centros de acopio  o máquinas de reciclaje recibirán 2 centavos por cada una de ellas”.

Para tal objetivo está previsto instalar dichos centros y máquinas, en una primera fase, en las grandes cadenas de supermercados.

Con respecto a las fundas plásticas y de papel, el documento asegura que se gravará a los consumidores de éstas con 10 centavos por unidad y el impuesto se aplicará únicamente a aquellas que tienen la finalidad de facilitar el transporte de cualquier producto adquirido en puntos de compras, por lo que se excluyen de este tributo todas las fundas para uso industrial, agrícola, agro-industria, de exportación, para productos congelados y las biodegradables.
Este impuesto será de aplicación progresiva. Se inicia con 10 centavos y se espera que en tres años  llegue a los 20 centavos, comenzando con un cronograma progresivo de implementación: contribuyentes especiales, sociedades y personas naturales obligadas a llevar contabilidad.

El texto añade que los bienes que se pretenden gravar tienen “sustitutos perfectos”, como por ejemplo: fundas de telas y botellas retornables que son menos perjudiciales para el ambiente.

Aguiñaga descartó alza de precios

La ministra de Ambiente, Marcela Aguiñaga, reiteró ayer que los nuevos impuestos no tienen un propósito de recaudación sino que buscan reducir el consumo de plásticos y combustibles fósiles, y negó que vayan a causar un fenómeno inflacionario.

Insistió en que solo las fundas que sirven para transportar productos serán gravadas. "Cuando vamos al supermercado pensamos que las fundas son gratis, pero ya están cargadas al valor que nos cobra el supermercado. Lo que estamos haciendo es transparentar el costo de esas fundas y dándole la opción al consumidor de que reduzca el número de fundas cuando hace  compras".

En cuanto al impuesto a los envases plásticos, dijo que está direccionado a las botellas de   agua, gaseosas y bebidas no gaseosas, pero que estarán exentos de ese pago los envases retornables o de vidrio. “Se ha puesto dos centavos (de impuesto) por envase, y a diferencia de las fundas, el consumidor podrá recuperar esos  centavos cuando devuelva el envase”, anotó.

Sobre el impuesto a los vehículos, explicó que dependerá de tres parámetros: el avalúo del  carro, el cilindraje  (por consumo de combustible) y la antigüedad. Ese impuesto será gravado de forma anual y se cobrará en la matrícula.

El viceministro coordinador de la Producción, Mauricio Peña, descartó que la medida afecte a la industria nacional y al consumidor, pues en el tema vehículos, la propuesta es que "quien más consume, más paga". Por eso reiteró que serán gravados los autos cuyo costo supere los 30.000 dólares, mientras que se premiará a los híbridos o eléctricos.