Actualmente en España residen alrededor de 400 mil ecuatorianos, quienes fugaron del feriado bancario y de la crisis económica que azotaba al país entre 1999 y 2000. Ahora esa crisis se reproduce en el viejo continente y la mayoría quiere volver.

Esteban Melo es uno de los migrantes que, desde mayo próximo, los representará en la Asamblea Nacional auspiciado por Alianza PAIS. La gestión gubernamental de los últimos 6 años fue su mejor carta de presentación durante la campaña y  ahora su meta es garantizar las condiciones para un “retorno digno”.  

¿A qué le atribuye el respaldo contundente de los migrantes al actual Gobierno?
La gente sabe que antes el pasaporte costaba 120 euros y que ahora está en 49; que antes un abogado te cobraba mucho dinero por una partida de nacimiento y que ahora la obtienes en los consulados... Hay que entender que esos documentos son esenciales  para los ecuatorianos en el exterior porque de ello depende su seguridad y la de su familia, que puedan legalizar su permanencia. También han visto que sus cónsules ahora son migrantes y que el funcionario que antes los veía por encima del hombro hoy está a su disposición para ayudarles a resolver -dentro de la ley- sus problemas.  

¿Qué es lo que más preocupa a los ecuatorianos en el exterior?
El tema de las hipotecas y un retorno digno. Necesitamos una ley de movilidad humana que trabaje transversalmente con los demás organismos del Estado en ese proceso de retorno. Es necesario firmar un convenio Ítalo–Ecuatoriano  para que sus aportes a la seguridad social en Italia sean reconocidos aquí. Es necesario facilitar el retorno de los ecuatorianos o su traslado a otros países como Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Suecia... Por ejemplo, el ecuatoriano en Italia no habla inglés, pero nuestra Secretaría del Migrante puede dictarles cursos.

¿Cuáles serían los ejes de esa ley?
Es primordial que los ecuatorianos tengan oportunidades de empleo y fomentar el emprendimiento entre los que retornan. El ecuatoriano que ha estado afuera  es tremendamente emprendedor, pero tiene dificultades para acceder a un crédito  porque le piden una serie de requisitos y no tiene un historial crediticio en el Ecuador. El Banco Nacional de Fomento, la Corporación Financiera Nacional y el Instituto de Economía Popular juegan ahí un rol importante, podrían flexibilizar los requisitos en casos específicos. También está el Bono de la Vivienda. Hay que anotar que los ecuatorianos que regresan tienen más de 40 años y para ellos  es más difícil insertarse en el mercado laboral, lo que dificulta el retorno de quienes  quieren trabajar en alguna empresa o institución, entonces podríamos dar   incentivos fiscales al sector privado para estimular su contratación.

¿Hay plazos para aprobar esa ley?
Sabemos que es urgente. Hemos hecho las cosas extraordinariamente bien en  periodos anteriores y ahora tenemos que hacerlas extraordinariamente rápido. El gran apoyo recibido, no solo de los migrantes sino de todos los ecuatorianos,  será respondido con una profunda transformación, que permita elevar la  calidad de vida de la gente.

¿Cuál es la situación de los ecuatorianos en España?
Es difícil. En España hay una crisis profunda, sistémica, cíclica... que con los recortes presupuestarios y la actitud del gobierno español se está profundizando. Se ejecutan políticas que destruyen el empleo, que no lo fomentan, y mientras   ese sistema injusto no cambie será complicado que la situación mejore. La mayoría de ecuatorianos trabajaba en el sector de la construcción y hostelería, los sectores más golpeados por la crisis inmobiliaria. Y como nosotros vivimos aquí un feriado bancario aprendimos a no creer tanto en los cuerpos financieros sino en aquellos bienes que no perdían valor. El mercado inmobiliario español decía constantemente que los inmuebles subían su valor, entonces el mejor modo de ahorro era adquirir una vivienda con la ilusión de ganar plusvalía. Si consideramos esos tres elementos: la experiencia del mercado inmobiliario, el mercado laboral donde estaban insertados y la tendencia de los ecuatorianos a adquirir bienes inmuebles, podemos sacar la conclusión de cómo están los ecuatorianos en este momento. La última estimación del Ministerio de Trabajo español es que el 60% de ecuatorianos está desempleado.  

¿El Ecuador está preparado para recibir a sus migrantes?
Habrá que trabajar bastante con el Ministerio de Inclusión Social y la Secretaría  del Migrante.

¿El migrante que anhela retornar, qué expectativas tiene?
Tienen incertidumbre porque no saben cuál será su situación acá. Tome en cuenta que el ecuatoriano que está afuera es aquel que antes volvía como un  triunfador  y ahora está en una situación difícil. Por eso, tenemos que apoyar a esos triunfadores que durante muchos años dieron la cara por el país. ¿Qué hubiese sido del Ecuador si no enviaban las remesas? Gran parte de nuestro consumo se basó en las remesas y hay que ser agradecidos, sensibles ante esta situación.

¿Qué pasa con los ecuatorianos que a más de estar endeudados por sus  viviendas fueron garantes de otros familiares?
El presidente Rafael Correa ha sido claro ante el gobierno español y frente al tema hipotecario. Aunque ese está dentro de la soberanía española, el Estado ecuatoriano presentó una demanda ante el Tribunal Europeo de Estrasburgo ante la estafa inmobiliaria por ser una violación a los derechos humanos y tiene que seguir ese proceso. Con la ley de hipotecas estaríamos a un paso de  la  dación de pago y faltaría fomentar el alquiler social, pues hay un montón de casas sin gente y gente sin casas. Desde la Asamblea propondremos una cosa muy clara: dar asistencia jurídica en nuestros consulados; que haya también acompañamiento jurídico porque hemos detectado abusos por parte de la banca cuando nuestros compatriotas van a las negociaciones, a solicitar documentos. Necesitamos que nuestros abogados acompañen a los ecuatorianos en esos trámites. El asesoramiento que ahora se brinda está bien, ha salvado de dificultades a muchas familias, pero necesitamos dar un paso más.

¿Las deudas de las familias ecuatorianas a cuánto ascienden?
Depende de la zona, pero el problema es que llegaron a firmar hipotecas de 20, 30 y 40 años que han pagado cumplidamente y ahora que empiezan a tener dificultades porque no tienen empleo, pierden su casa. Y a más de que  te  la vuelven a tasar, es decir, si cuando la compraste costaba 200 mil  ahora cuesta 120 mil, le restan los años que has pagado -la mayor parte son intereses- y se quedan con deudas  de 40 mil, 70 mil euros... O sea te quedaste sin casa  y encima con una deuda alta que no puedes cumplir porque estás desempleado. La gente se endeudó con cuotas mensuales de 400, 500, 600 euros y lo podían afrontar porque tenían empleo, pero ahora son de 1.200, 1.300, 1.400, 1.800 euros al mes y sin empleo. Prácticamente todos sus ingresos son para pagar la hipoteca y cuando se quedaron sin empleo, fue un desastre generalizado.