El discurso es “generar empleo”, pero las “recetas” poco concretas
En las propuestas de campaña de los presidenciables la reducción de la pobreza y del subempleo aparecen como una de las prioridades. Inclusive, en algunos casos, se proponen eliminar esos índices económicos. ¿Cómo?
Lucio Gutiérrez, del Partido Sociedad Patriótica, por ejemplo, quiere empezar confinando los impuestos a las tierras para estimular la producción y generar empleo. También se propone apoyar el sector productivo con créditos baratos.
La propuesta de Álvaro Noboa, del Prian, es implementar políticas públicas para generar empleo -aunque no detalla cuáles- y que brinden seguridad jurídica para que los ciudadanos puedan trabajar independientemente o conformar una empresa, con la ayuda del Estado.
Para Nelson Zavala, del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), la reactivación productiva y el plan macroeconómico del gobierno será la base para generar empleo. También promete planes de construcción de vivienda barata y desarrollar proyectos de inversión desde el gobierno central.
La Coordinadora Plurinacional -integrada por el MPD y Pachakutik-, que promueve la candidatura de Alberto Acosta, no habla, exclusivamente, de pobreza, empleo o subempleo. Su plan tiende a la construcción de una sociedad democrática que forje el Buen Vivir. Aquello demandaría el ejercicio de la soberanía nacional en todos los órdenes, el establecimiento real de un Estado plurinacional y la socialización del poder.
Guillermo Lasso, del movimiento CREO, considera que los subempleados no aportan a la producción del país y deben tener la posibilidad de lograr un mejor trabajo, que les brinde una remuneración competitiva. Afirma que la tarea pendiente es generar trabajos estables, pero no explica las fórmulas, ni mecanismos para lograr el objetivo.
SUMA, liderado por Mauricio Rodas, también espera eliminar la pobreza mediante el fomento de la competitividad e innovación tecnológica, canalizando los recursos públicos hacia las áreas prioritarias para el desarrollo nacional.
Norman Wray, candidato de Ruptura, coincide con los demás postulantes en su afán por eliminar la pobreza, pero no se refiere de manera concreta a ninguno de los índices mencionados. Sin embargo, ofrece trabajo decente, seguridad social, no discriminación laboral, salarios dignos e iguales y habla del derecho al descanso y tiempo libre.
El candidato Rafael Correa, de Alianza PAIS, ofrece a la ciudadanía 35 propuestas que engloban los aspectos sociales, económicos y tecnológicos que permitirán a Ecuador superar los problemas de subempleo, desempleo y pobreza. Así, espera cambiar la estructura productiva para diversificar la economía y dinamizar la productividad: la redistribución de la tierra y una agricultura sustentable, con el afianzamiento de las pequeñas y medianas unidades agropecuarias, se priorizan en el proyecto.
El impacto del subempleo
De acuerdo a las cifras de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), la subocupación ha evolucionado favorablemente frente a los índices de ocupación plena y, por primera vez, en la historia contemporánea del país, el empleo supera el subempleo.
Al inicio de la actual administración, en 2007, el subempleo urbano nacional marcaba el 49,6% de la población económicamente activa, mientras que la ocupación plena era de 43,3%.
En 2012, el subempleo cerró en 39,62% (10 puntos menos) y el empleo pleno llegó a 52,3% (nueve puntos mejor que hace seis años). La relación entre empleo pleno y subempleo invirtió sus posiciones en este período, reporta el titular de Senplades, Fander Falconí.
Del mismo modo, el subempleo nacional urbano rural entre la población de 15 años y más se ha reducido paulatinamente desde 2007, aunque con un salto importante entre los años 2009 y 2010, para luego volver a declinar como efecto de la crisis económica internacional. El desempleo también pasó de 5%, en diciembre de 2007, a 6,47% en igual mes de 2009; y baja a 5,02 el año siguiente, 4,21% en diciembre de 2011 y 4,12% en 2012 (ver gráfico).
En cambio, la pobreza se ubicó en 16,14% en diciembre anterior, una merma que permite hoy a los ecuatorianos vivir más cómodamente.
Para el analista Roberto Villacreces, investigador asociado del Instituto Ecuatoriano de Economía Política, el subempleo en el país ha descendido en los últimos años, no solo por la “sana gestión del Gobierno”, sino también por circunstancias coyunturales como el alto precio internacional del petróleo “que ha generado un dinamismo económico importante en Ecuador y ha hecho que se concentre la demanda de nuevos empleados, tanto en el sector público como privado”.
Villacreces cree que ello ha conducido a un crecimiento del aparato estatal y también del sector privado. Caso contrario, dice, “seguramente el subempleo hubiera descendido, pero no a los niveles que estamos gozando este momento”.
Si bien el precio del barril de petróleo ha generado excedentes sobre los 79,6 dólares presupuestados para 2012, el historiador Juan Paz y Miño asegura que el subempleo bajó porque el Gobierno ha creado programas para este segmento poblacional, lo que contribuyó a que se valorice el trabajo y “no se les deje a su suerte, como antes ocurría”.
Actualmente están en ejecución programas como el denominado Crédito 5/5 (cinco años hasta cinco mil dólares con el 5% de interés), así como el incremento del Bono de Desarrollo Humano que pasó de 30 a 50 dólares mensuales desde enero de este año, financiado con recursos de la banca privada.
El acceso a seguridad social y educación gratuita
En el caso de los subempleados, muchos de ellos acceden a la afiliación voluntaria al Seguro Social. Juan Paz y Miño, sostiene que la afiliación garantiza la vida de las personas porque con ello tienen atención médica, prevención y, en el futuro, una pensión asegurada. “Entonces, es un enorme beneficio en una época en que la seguridad social ha sido recuperada y sustancialmente mejorada”.
En efecto, sin que sea sinónimo de pobreza, el subempleo, está generando afiliación al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en el 23,5%. En mayo de 2011 los ecuatorianos aprobaron en referendo la penalización de la no afiliación de los empleados al IESS.
Todo eso ha hecho posible que mejore la situación social del país. El historiador enfatiza que hay menos pobres y que se ha reducido la inequidad social, cuyos índices se reflejan en el método de Gini (mide la inequidad), en los datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), de las Naciones Unidas y del propio INEC.
Precisamente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) coloca a Ecuador en la categoría alta dentro de la medición sobre desarrollo humano que el organismo realiza anualmente desde 1980.
Respecto a la tasa de desempleo en las cinco ciudades principales del país de la encuesta trimestral del INEC nacional urbano, se desprende que Ambato exhibe el índice más pequeño de 2,33% en diciembre de 2011. Sin embargo, sube a 3,35% en el mismo mes de 2012, frente al 6,54% de diciembre de 2007 (ver gráfico).
Quito tiene un comportamiento sin mayores sobresaltos: 4,33% en diciembre de 2011 y 4,44% un año después, luego de tener el 6,08% en diciembre de 2009.
Lo contrario sucede en Guayaquil, los picos son significativos: 7,04% en diciembre de 2007; 9,48% en 2008; 11,71 en 2009; 7,61% en 2010 y baja a 5,93% en 2011 y a 5,54% en diciembre de 2012.
Al respecto, Paz y Miño dice que el puerto principal, tradicionalmente, ha tenido la mayor cantidad de subempleados y desatención, particularmente entre la población suburbana, que es mayoritaria en la ciudad.
Indica que, pese a que hay un progreso en la solución del problema del subempleo, la cantidad de población que vivía en esas condiciones, antes de 2007, sigue siendo alta. “A Guayaquil le ha faltado la atención del propio Municipio de la ciudad.
Desde 1990, el Partido Social Cristiano ha dominado la Alcaldía y pudo aplicar políticas sociales para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, pero no lo ha hecho en la proporción necesaria. Ahora, la urbe sufre las consecuencias y subsiste una gran población, todavía, subempleada”, manifiesta.
Cuenca, en cambio, ha dado un giro importante. De 4,90% en diciembre de 2007, pasa a la más baja tasa de 2,55% en 2010, sube a 3,91% en diciembre de 2011 y se ubica en 3,69% en 2012. Lo mismo sucede con Machala, que se recupera después de la crisis financiera de 2009 que impactó en la demanda de sus principales productos de exportación, como el banano. A nivel nacional las cifras reflejan el impacto de una política económica sostenida en los últimos 6 años.