El Código de Ética Profesional del Periodista ecuatoriano se ha mantenido en la letra
Si bien en Ecuador desde 1975 rige el Código de Ética Profesional del Periodista, este no ha sido tomado en cuenta para analizar y sancionar moral, ética o pecuniariamente a los comunicadores que han cometido faltas, entre ellas, mentir y afectar a personas o instituciones.
Esa tarea, según la Ley de Ejercicio Profesional del Periodista Ecuatoriano, es potestad de los colegios provinciales de periodistas. Para ello cuentan con el Tribunal de Honor, al cual le corresponde conocer en primera instancia las violaciones a la ley, a los estatutos, reglamentos y al Código de Ética Profesional.
Los artículos 10, 11 y 12 del Capítulo II de dicha ley se refieren a las sanciones cuando cometen faltas.
El artículo 12, por ejemplo, dice: “Los Tribunales de Honor, en consideración a la gravedad y circunstancias de la falta cometida, podrán imponer las siguientes sanciones: amonestación escrita, multa y suspensión temporal del ejercicio profesional de tres meses a un año”.
Y añade que el Tribunal de Honor, cuando los actos cometidos por un periodista profesional fueren dolosos, podrá recomendar la suspensión definitiva de su ejercicio profesional y la consiguiente expulsión de la entidad, al colegio provincial al que pertenezca el periodista.
El Código de Ética Periodística señala, asimismo, que el comunicador profesional “deberá ser ajeno al sensacionalismo irresponsable, a la mercantilización de la noticia o cualquier tipo de manipuleo de la información o de la opinión que falsee, tergiverse, niegue o limite la verdad. Personalmente, el periodista profesional, así como tiene derecho a garantías y facilidades para el mejor cumplimiento de su función, está obligado a respetar los derechos de los demás y la integridad moral de las personas...”.
‘Falsas denuncias’ reavivan tema
Gonzalo Rosero, director y dueño de Radio Democracia, pidió en días pasados disculpas a la Constructora Norberto Odebrecht S.A. por sus “indebidas y falsas denuncias”.
En un documento que reposa en la Notaría 30 de Quito, consta que, el 16 de abril pasado, Rosero remitió una carta al apoderado de Odebrecht, en la que dice: “Con este oficio presento a usted mi pedido de expresas y públicas disculpas por la forma en que en las audiencias del 11 de marzo, 8 y 15 de abril de 2015 en mi programa de Radio Democracia vertí indebidas y falsas denuncias en contra de su representada”.
Añade que tras conocer que el 13 de abril Odebrecht presentó una denuncia en la Superintendencia de Comunicación (Supercom) en contra de él y de Radio Democracia por violación a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC), solicita “de la forma más comedida el desistimiento de tal denuncia, bajo mi compromiso moral y legal de que en el futuro no comprometeré ni imputaré a Constructora Norberto Odebrecht S.A. ni a ninguno de sus funcionarios en ningún tipo de hechos y/o actos que afecten su imagen, honra e integridad moral”.
Frente al reconocimiento de Rosero de que hizo “falsas denuncias” y al pedido de que acepte las disculpas y que retire la denuncia, Odebrecht accedió y, para dar valor administrativo y legal al compromiso, representantes de la compañía y de Radio Democracia acudieron el 23 de abril pasado a la Supercom, a reconocer firma y rúbrica.
Sin embargo, Álvaro Rosero, hijo del dueño de Radio Democracia, el 28 de abril pasado, en el programa de la mañana, dijo que ese documento no fue redactado por su padre, sino que lo preparó Odebrecht y que Gonzalo lo firmó “sin poner ni quitar ni una coma”, porque temían que la decisión de la Supercom sería la de sancionar a la radio. “No confiamos en la imparcialidad de esa autoridad”, manifestó.
A decir de Álvaro Rosero, Odebrecht no cumplió su palabra de mantener como un documento privado la disculpa presentada y lo entregó a la Supercom. Aclaró que su padre no acudió a la notaría a firmar el documento, sino que lo firmó en su casa. En ese mismo programa, Gonzalo Rosero dijo a su hijo: “Que Dios, nuestro Señor, te bendiga hijo, y hay que estar atentos. Exijo valentía porque tenemos la razón como siempre, no me he arrastrado ante nadie, no he vendido mi alma al diablo...”.
¿Qué hará Colegio de Periodistas?
Sobre al papel de los gremios para conocer y sancionar ese tipo de faltas éticas cometidas por periodistas profesionales, el titular del Colegio de Periodistas de Pichincha, Marco Villarruel, dijo: “En el caso de la rectificación que ha hecho Gonzalo Rosero, de Radio Democracia, que seguramente no es bien vista por EL TELÉGRAFO, el Colegio de Periodistas no ha avocado conocimiento porque el propio periodista ya lo hizo y porque no hay una queja oficial ante el Colegio”.
Aunque dijo que frente a una expresión no documentada, no sujeta a fuentes, no contrastada por parte de un periodista, especialmente si está agremiado, el Colegio de Periodistas tomará las medidas del caso.
Indicó que defiende el Código de Ética creado en 1975, porque denotaba la permanente preocupación de los periodistas por su trabajo. Sin embargo, no citó casos o cifras en los que haya actuado el Colegio con llamados de atención o sanciones a periodistas profesionales que han faltado a la verdad. Argumentó que él está recién desde enero pasado en el cargo y que no ha conocido de casos a través de la historia. (I)