Divorcios subieron un 95% en nueve años
La página web del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (Inec) da cuenta que 73.579 parejas se casaron el año pasado en el país. Un incremento de 7.371 bodas (11,13%) en relación a los 66.208 enlaces del año 2002. En contraste, los divorcios en el mismo período se incrementaron en un 95,37%, al pasar de 10.987 separaciones legales en 2002, a las 21.466 rupturas del 2011.
Por provincias, las estadísticas de enero a diciembre anteriores señalan que Guayas, con 18.089 matrimonios, es la zona del país en que más enlaces se realizaron. Le siguió Pichincha, con 14.885 casamientos. Del mismo modo, la provincia costeña registró el mayor número de divorcios, con 5.208 casos; pero seguida de cerca por su par serrana, con 4.753 separaciones.
Por otro lado, los datos reflejan que la Sierra concentra la mayor cantidad de casamientos y rupturas. Durante el 2011, 38.151 parejas contrajeron nupcias en la zona andina, frente a 31.846 en la Costa, 3.080 en la Amazonía y 259 en la región Insular. Esta proporción se repite en cuanto a la ruptura de enlaces con 10.880 en la Sierra, 8.998 en el Litoral, 3.080 en el Oriente y 56 casos en Galápagos.
Las estadísticas del Inec muestran, también, que los hombres se casan de preferencia en el país entre los 20 y los 25 años, con un 27,37% de casos en el 2011. En cuanto a las ecuatorianas, esta tendencia se acentúa, pues un 30,55% de las 73.579 que se casaron el año anterior tenían esas edades.
Martha Samueza, quien lleva 3 años oficiando matrimonios, dice que aunque la gente continúa casándose en cantidades considerables, no se puede ocultar que la cifra de divorcios se ha incrementando incluso en mayor proporción.
Según la experiencia de Samueza, los jueves y viernes son los días en que se registra mayor afluencia de parejas, mientras que a la gente no le gusta unir sus vidas los unes.
En un viernes, según la jueza, en las 3 salas de matrimonio existentes en el Registro Civil de la avenida Amazonas y Naciones Unidas (centro norte de Quito), puede haber hasta 30 casamientos en cada una; mientras que un lunes, cuatro.
No obstante, relata la funcionaria, se dan casos como el sucedido en estos días, en que los contrayentes prefirieron que su boda sea programada para el primer día laborable de la próxima semana en lugar del próximo martes 13, por temor a lo que podría acarrear para el futuro matrimonio la fecha, asociada con los malos augurios.
Samueza señala que el Registro Civil vive actualmente “temporada alta” de enlaces civiles, la cual se registra entre octubre y diciembre. Esto sucede, según ha podido conocer, porque muchos novios tienen parientes en el exterior (padres, hermanos e incluso hijos) y aprovechan que estos regresan al país durante la última parte del año para celebrar sus nupcias.
De hecho, el Registro Civil tiene ya agendados casamientos en domicilios hasta el próximo 31 de diciembre. Respecto a experiencias que ha vivido como jueza de paz, Samueza dice que hay tanto buenas como malas.
Entre estas últimas, recuerda una sucedida hace alrededor de un mes en la que una joven acudió con su novio a presentar la documentación, confirmó que quería casarse durante la verificación de documentos, realizó el pago por el enlace y el momento de la ceremonia, con la sala llena, se negó a unir su vida con el hombre. “Le regresó a ver y dijo no, yo no me caso y salió de la sala”, relata la funcionaria. Ella asume que pudo tratarse de una venganza.
En el lado positivo, señala Marco Jirón, director técnico del Registro Civil, están los cambios implementados en la entidad en relación con el matrimonio. Entre estos se registra un aumento de seguridades a la hora de verificación de la identidad de los novios.
Además, los lugares en los que se realizan las bodas ahora son más funcionales y amplios. Y cada entidad regional se afana por volver agradable la ocasión. En Carchi, por ejemplo, cuenta Jirón, se entrega tarjetas de felicitación a los contrayentes; en Guayas se ofrece un pastel de utilería para las fotos, y en Quito hay un arco para las imágenes y flores en las salas.