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El Telégrafo

Diana Cueva: “No existe un perfil claro del abusador”

Diana Cueva: “No existe un perfil claro del abusador”
02 de junio de 2011 - 00:00

Menor es abusada presuntamente por un familiar. Desmayo dejó al descubierto embarazo de niña. Hombre es acusado de violar a su hijastra. Estos son algunos de los titulares  de  los medios de comunicación que, para la fiscal de la Unidad de Delitos Sexuales de la provincia del Guayas, Diana Cueva,  dejan al descubierto la frecuencia con la que  actualmente se cometen estos abusos en contra de  menores de edad. Así lo considera al estimar  que del 100% de los casos investigados en su despacho,    un 80% de las  víctimas son  niños,  niñas y adolescentes.

Este es un porcentaje sumamente alto, ¿quiénes son los agresores?

Por regla general el agresor está dentro del núcleo familiar. Con eso me refiero a padres, padrastros, tíos, padrinos,   inclusive abuelos. Existen también casos de hermanos.

Especialistas consultados han llegado a la conclusión de que el nivel de hacinamiento en el que viven incide en el cometimiento de estos actos, ¿es eso cierto?

Sí. Es fundamental analizar el entorno  en el que se perpetra  este tipo de delito. La mayoría de estos actos, sin ánimo de menospreciar, es cometido  en los sectores marginales.

Estamos hablando de domicilios en donde el menor cuenta con un mismo ambiente, es decir que los niños   duermen en una misma cama con  el papá y la mamá. Y son esos niños los que se exponen a   observar las relaciones sexuales que tienen los padres. Lo mismo ocurre con los precarios baños. Hay algunos que tienen una cortina o no tienen puertas. Este es uno de  los factores que influyen en esa cadena de pobreza que es   grande   en la ciudad.

¿Hay un perfil definido del abusador sexual?

De lo que hemos analizado no es precisamente el tipo morboso, ya que no es el perfil que se acopla a la identidad de un agresor sexual.

Tenemos casos, por ejemplo,  en el que un hombre educado, en cuanto a preparación académica, también se convierte  en agresor  sexual. No existe un perfil, ya que podría ser quien menos se espera.

Es por eso que tanto se genera este tipo de delitos dentro del vínculo familiar, porque es la persona que menos se espera. Hay veces que se ve a un padrastro súper amoroso con su hijastra. Y ahí la madre, en calidad también de esposa, lo que dice es que le tiene cariño de hija.

¿Cómo las madres pueden detectar cuando hay algo irregular?

La madres deben tener mayor conversación con sus hijos o tienen que tomar cartas en el asunto cuando se percatan que hay un cambio de comportamiento. Eso indica que algo   ocurre.

Muchas veces son niños que tienen una personalidad  extrovertida, pero de un momento a otro cambian y se los ve triste. Por lo general, cuando identificamos estos cambios   son niños que callan.

¿Por qué cree que se da esta situación?

Porque precisamente  el agresor está dentro del núcleo familiar y   amenaza al menor de edad. Incluso intentan manipular la mente del niño para que crea que él es culpable de lo que  pasa.

Les dicen que si hablan les van a dar una paliza o que no les van a creer. Cuando las niñas dan su testimonio, en la mayoría de los casos, dicen que se han enamorado del  agresor  y que este no tiene la culpa. Es decir, mienten.  

Incluso las madres apoyan esa postura.

¿Qué hacen los agentes fiscales  en estos casos?

Muchas veces he vinculado a las madres porque vienen,  ponen la denuncia y luego nos abandonan.

Después  dicen que no pueden continuar porque si va preso el agresor quién las mantiene. Según ellas, eso es lo  que las obliga a abandonar las causas.   

El abusos contra  menores de edad varones también preocupa, ¿cómo está la situación?

En los últimos años hemos tenido muchos casos de niños. Podría atreverme  a decir que desde hace un año atrás   se ha incrementado el número de denuncias, lo que determina que ha aumentado el índice de casos o más  ciudadanos han decidido  no callar   y presentaron la denuncia. Digo esto porque anteriormente muchas personas, por desconocimiento, no presentaban las denuncias o, simplemente, como ya he tenido muchos casos, las madres denuncian y el tipo les promete que no lo volverán a hacer y ahí se queda el caso.

¿Eso se da con frecuencia?

Sí. Aquí nos encontramos con denuncias que se presentan, pero que después no tienen impulso. Me refiero a que se necesita la versión de la denunciante. Nosotros tratamos de no revictimizar  a la persona  abusada mediante la toma de versiones en la cámara de gesell (habitación en la que se aísla a la víctima para que en total privacidad relate lo ocurrido mientras que en exteriores se escucha su testimonio).

¿Qué recomendaría a los padres para lograr identificar un posible abuso sexual en sus hijos?

A veces los niños, al momento que    narran  lo que les sucedió, se asustan al ver una mala  reacción de los  padres. No lo hagan, ya que desde que ven que el padre   se asusta o se pone  furioso, el niño se inhibe, no continúa. 

Es ahí cuando  nosotros como Fiscalía no podemos receptar una versión y tampoco pasar drásticamente a interrogar a un menor.

Es ahí cuando trabajamos de la mano con un equipo técnico que se  encarga de los casos en crisis.

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