De los 12 asambleístas de Pichincha, 11 son de Quito y 1 de Guayas
De los 12 asambleístas que actualmente representan a la provincia de Pichincha, 10 viven en el noroccidente de Quito; uno en el sur de la ciudad y otro, Vladimir Vargas (ex Prian), según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), reside en Guayas, en la parroquia Tarqui de Guayaquil.
En la base de datos del organismo electoral, la asambleísta María Paula Romo (Ruptura) está domiciliada en la parroquia Chaupicruz, al igual que los legisladores Fausto Cobo (Sociedad Patriótica), César Rodríguez (ex PAIS) y Francisco Velasco (PAIS). En cambio, Paola Pabón (PAIS) vive en Santa Prisca; Betty Amores (independiente) en la parroquia Cotocollao y Paco Moncayo (Municipalista) en la parroquia Conocoto.
Andrés Páez (ID), César Montúfar (Concertación) y María Augusta Calle (PAIS) viven en la parroquia Benalcázar. En cambio Virgilio Hernández (PAIS) habita en la parroquia Chillogallo.
Domingo Paredes, presidente del CNE, explicó que con la aprobación de las circunscripciones territoriales para Guayas, Pichincha y Manabí -que son las que tienen mayor población- se democratizará la elección de dignidades, “que salgan de las propias comunidades”. El objetivo es que los nuevos legisladores representen a las 94 parroquias y 8 cantones de Pichincha.
La provincia, según la decisión que adoptó el domingo pasado el CNE, estará dividida en cuatro circunscripciones, en donde se elegirá un total de 16 asambleístas (cuatro más de los que actualmente tiene).
La circunscripción 3 tiene 34 parroquias, entre las que están El Quinche, Amaguaña, Puembo, Llano Chico, Calderón, Alangasí, La Merced, Pacto, San José de Minas, Pifo, Nono, Lloa y Pintag. Allí se elegirá a 4 asambleístas (ver infografía).
Patricio Carrera, presidente de la Junta Parroquial de Puembo, mira con buenos ojos esta nueva división electoral.
Para el líder parroquial, en las elecciones del 17 de febrero de 2013 “por primera vez elegiremos representantes que se identifiquen con nuestras necesidades”.
Sin embargo, Carrera espera que moradores de otras parroquias no se cambien de domicilio y aparezcan como habitantes de esa zona, “cuando jamás los hemos visto”. Para él, se buscará mayor representatividad del área rural en la próxima Asamblea “independientemente de las organizaciones políticas que participen”. Contó que sobre este tema ha mantenido conversaciones con PAIS, movimiento que integra.
Daniel Salazar es presidente de la Junta Parroquial de Pifo y califica la decisión como “positiva”, porque “tendremos acceso directo a crea leyes que nos beneficien”.
Paredes enfatizó que quienes quieran ser candidatos por estas jurisdicciones deberán haber nacido en la zona o al menos vivir allí más de dos años. Para Salazar, el “debate político” de las parroquias permitirá que “no ingresen candidatos improvisados”.
Las jurisdicciones del noroccidente de Pichincha están integradas en una mancomunidad que, según Carrera, empezará a tratar este tema desde la próxima semana.
En la circunscripción 4, en cambio, están los cantones Cayambe, Mejía, Pedro Moncayo, Pedro Vicente Maldonado, Puerto Quito, Rumiñahui y San Miguel de los Bancos. Tito Polanco es representante de la Junta Parroquial de Ascázubi, una de las seis que funcionan en este último cantón.
El dirigente comentó que no tienen mayor conocimiento sobre la división, pero que contar con candidatos propios será una “oportunidad de hacer leyes a favor de nuestra población”. Comentó que ya han escuchado nombres de posibles postulantes rurales, a pesar de que no han tenido acercamiento con ningún partido político. “Los representantes saldrán por consenso”, aclaró.
Hilario Morocho, presidente del gobierno parroquial La Esperanza, de Pedro Moncayo, compartió ese criterio. “Quito siempre absorbe los candidatos”, sostuvo.
El representante parroquial espera que el viernes, cuando se reúnan las juntas parroquiales, se llegue a acuerdos y así se pueda contar con “representatividad” en las tres curules que tendrán.