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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

Correa se propone superar el modelo primario exportador de la economía

El presidente Rafael Correa, durante el Enlace Ciudadano 285, criticó la doble moral con la que se ha manejado el diario español El País y su articulista Mario Vargas Llosa respecto al caso de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, quien está como asilado diplomático en la Embajada del Ecuador en Londres (Reino Unido).

Los abogados del australiano han alertado que de concretarse  la extradición de Assange a Suecia, para que responda por un presunto delito sexual,  aquello implicaría un traslado ulterior a los Estados Unidos, en donde podría ser condenado, incluso, a la pena de muerte por filtrar documentos diplomáticos secretos del gobierno estadounidense a través de los cables WikiLeaks.

Esos miles de documentos secretos del Departamento de Estado evidenciaron la política norteamericana de intervencionismo a través de compañías multinacionales o golpes de Estado en muchos países.

Antes de que el país conceda asilo diplomático a Assange, a través de un documento entregado el 14 de agosto en la Cancillería ecuatoriana, el gobierno del Reino Unido amenazó a Ecuador con entrar (asaltar) a la Embajada en Londres para detener al creador del sitio WikiLeaks y extraditarlo a Suecia, lo cual merceció el rechazo de los organismos multilaterales, a escala mundial.

“Una cosa es la libertad de expresión y otro el negocio  sin escrúpulos morales, lo cual son dos cosas distintas. Veamos ejemplos de esto y de los intelectuales orgánicos de la extrema derecha como el inefable Mario Vargas Llosa en su editorial (publicado) en diario El País de España”, dijo ayer Correa.

Entonces, invitó a analizar lo que Vargas Llosa señala ahora de Assange y los WikiLeaks, y lo que decía hace algún tiempo el diario en donde él escribe, “para que vean la doble moral y dónde está la hipocresía”. Se recordó que Vargas Llosa el fin de semana anterior en diario El País anotó: “El señor Assange no es en la actualidad una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo”.

El Gobierno considera que con eso se quiere hacer ver a Assange como el malo de la película, porque Ecuador decidió darle asilo diplomático. “La información de WikiLeaks mostró, aparte de una chismografía medida, burocrática e insubstancial, abundante material que justificadamente debe mantenerse dentro de una reserva confidencial”, escribió Vargas Llosa. Esto evidenciaría -según el Gobierno ecuatoriano, que Vargas Llosa, al parecer, “no sabía que

El País hasta hace poco se jactaba de ser parte del selecto grupo de cinco diarios que a nivel mundial publicó en exclusiva los cables, donde se leía: WikiLeaks revela como seguramente no había sucedido jamás, hasta qué grado las clases políticas en las democracias avanzadas de Occidente han estado engañando a sus ciudadanos”.

Pese a ello, Vargas Llosa manifestó: “En las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Assange un cruzado de la libertad de expresión”, aunque para El País Julian Assange era el último héroe del periodismo combativo, porque así lo calificaron periodistas de ese medio que lo entrevistaron, en exclusiva, en octubre de 2010.

“Las revelaciones de WikiLeaks son el mayor acontecimiento periodístico de los últimos años”, resaltó el propio director de El País en enero de 2011; pero ahora, en el mismo diario en donde Vargas Llosa escribe, se señala que “Assange comenzó como un oscuro ladronzuelo de la intimidad”.

Ante los hechos y evidencias, Correa consideró que “tiene que hacer méritos ante el patrón del norte este pobre hombre (Vargas Llosa). Miren las inconsecuencias, ahora Assange un vulgar ladronzuelo, cuando antes era el héroe que desnudaba el lado oscuro del poder. ¿Y los periódicos que publicaron los WikiLeaks no divulgaron la misma información, por qué se persigue a Assange, por qué se lo insulta, por qué se lo quiere enjuiciar?”, preguntó. “La respuesta es, señores, al poder mediático dejémoslo intacto, pero a este hombre, sí, aplastémoslo, porque desafió al sistema”, respondió el Presidente.

Asimismo, ratificó que la soberanía del país será “defendida” ante eventuales represalias comerciales, entre ellas las preferencias arancelarias del ATPDEA con los Estados Unidos, tras la decisión del Ecuador de otorgar asilo a Assange.
Dijo que en una reunión que mantuvo con empresarios nacionales el martes pasado en un hotel de Quito, alguien le preguntó si teníamos que prepararnos para las retalaciones comerciales de los EE.UU. por haberle dado asilo a Assange, por lo que Correa advirtió: “El momento en que en las negociaciones para extender el ATPDEA hagan mención a lo más mínimo que afecte nuestra soberanía,  nos paramos de la mesa de negociaciones y que se queden con sus prefencias arancelarias. Nuestra soberanía no está en venta”.

Producción y desarrollo tendrá nueva matriz

El Primer Mandatario anunció que las prioridades de su Gobierno se centrarán en los objetivos de la política productiva y comercial. En ese sentido, destacó que la matriz productiva requiere diversificarse y superar el modelo de economía “primario-exportador”. Esto, con el fin de dejar de exportar bienes sin mayor valor agregado, sin procesamiento, y no tener que depender tanto de la importación de ciertos bienes necesarios. Explicó que la idea es generar alta productividad para el país y promover el talento humano y las fuentes de empleo.

Defendió la minería con responsabilidad y criticó a los “infantiles desubicados” que le dicen no a aquello. Dijo que respaldará a industrias estratégicas como: refinerías, petroquímica, energía, siderurgia y la refinación de minerales como el cobre, y el desarrollo de astilleros para la construción y reparación de barcos.

No hay que temerle a la investigación de transgénicos

El jefe de Estado, Rafael Correa, señaló que en el país no está prohibida la investigación de transgénicos. En este sentido, Correa destacó, por ejemplo, las experiencias de otros países pioneros en la producción de cultivos biotecnológicos, así como en  el sector ambiental, farmacéutico, etc.

Destacó que el artículo 401 de la Constitución del Ecuador, en su parte final, señala: “El Estado regulará bajo estrictas normas de bioseguridad el uso y desarrollo de biotecnología”.

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