El 19 de junio pasado, el presidente de la República, Rafael Correa Delgado, en su intervención durante  la primera Cumbre para un Periodismo Responsable (Cupre), manifestó  que  Teleamazonas fue incautado a la familia Granda-Centeno por una deuda con la tarjeta de crédito Diners Club, del grupo Banco Pichincha  de Fidel Egas Grijalva, quien después pasó a constituirse en propietario del canal, aunque después habría simulado la venta de acciones concediendo préstamos a sus empleados y amigos.

“No es que adquirieron el canal Teleamazonas, sino que fue incautado por Banco Pichincha, por una deuda, sin que nadie diga nada sobre el atentado a la libertad de expresión”, recordó el Primer Mandatario. 

Y fue más allá al destacar que “cuando nuestro Gobierno incautó en 2008 las empresas de los Isaías (entre ellos Telecentro canal 10, hoy denominado TC Televisión), puesto que debían más de $ 600 millones al Estado, la prensa privada dijo que en nombre de la libertad de expresión ‘era preferible que esos medios estén en manos de banqueros corruptos y prófugos, antes que en manos públicas. Esa es la escala moral de cierta prensa en el Ecuador. Sin duda, eso sí, tengo que reconocer que nuestra prensa en el país era libre, pero libre de impuestos”.

Sin embargo, Banco Pichincha se ampara en que ejecutó garantías en contra de Granda en base a la providencia del Juzgado Sexto de lo Civil de Pichincha, que aceptó la demanda de embargo y remate de prenda presentada por la entidad crediticia a través de Eduardo Nieto, procurador judicial del gerente general del banco, en contra de la empresa Construcciones y Mineras A. Granda C.