El presidente Rafael Correa recibió ayer el doctorado Honoris Causa, por parte de la Universidad Chiclayo, de Perú. El mandatario fue adscrito a la Facultad de Ciencias Empresariales, Informática y de Sistemas, “por su visión humanista”, precisó Roger Pingo Lara, rector del centro educativo.

Alberto Ortiz, catedrático de ese centro educativo, manifestó que se entrega la condecoración, al ser la decisión de la comunidad universitaria, por sus méritos académicos. Relató los títulos que tiene el gobernante ecuatoriano, entre ellos el de economista que lo obtuvo en la Universidad de Santiago de Guayaquil, en 1987, así como sus masterados en Arte de la Economía, que lo obtuvo en la Universidad de Lovaina (Bélgica), en Ciencias de la Economía y su Psd de Economía obtenidos en la Universidad de Illinois. Además por sus libros, entre ellos, la Vulnerabilidad de la economía ecuatoriana.

“Por esta trayectoria y por su liderazgo político en Latinoamérica y al ser ejemplo de la juventud en Ecuador y Latinoamérica se le entrega el doctorado Honoris Causa”, dijo Ortiz.

El catedrático manifestó que entregarlo a Correa significa una “riqueza de los doctores honoris causa que ha dado el Perú”.

El decreto universitario destacó la labor académica del mandatario ecuatoriano, así como el fortalecimiento del Plan Binacional Ecuador- Perú, “que persigue la integración fronteriza”. Para el personal académico de la Universidad, reconoció el crecimiento de la inversión a través de la inversión internacional, “fortaleciendo la paz”.

Pingo Lara dijo que Correa fomenta la integración de las naciones, “que en suma somos un solo camino”. Acotó que el doctorado no hace más que ratificar la exitosa trayectoria internacional del gobernante ecuatoriano, “contribuyendo al mundo de la ciencia y al desarrollo de la sociedad”.

En su intervención, el Jefe de Estado recordó que fue por 20 años profesor universitario. Dijo que “el poder debe ser para servir, no para servirse de él” y por ello “el servicio no debe ser la politiquería y clientelismo”. Su postura se basa en que los pobres socioeconómicos dejarán de serlo con cambios en las relaciones de poder, entre ellos poder económico, social e eclesiástico”.

Recordó que la libertad de expresión es para todos no para unos dueños de la prensa que se pusieron negocios comunicacionales, pues puso como ejemplo el Ecuador en donde solo seis familias manejan los medios de comunicación a nivel nacional. “La comunicación social es un bien público que beneficia a todos”.

Estado de opinión vs Estado de derecho

Correa contó que en Ecuador, no es lejano ver que “un politiquero se disfraza de periodista o desfoga simples desafectos personales amparados en un micrófono o un tintero. Por ello, aludió que América Latina debe encontrar una verdadera democracia. “Jamás he almorzado con los dueños de los medios, como lo hacían otros presidentes”, ratificó, al manifestar que este sería el principal motivo de la oposición que mantiene por parte de ciertos medios de comunicación. En cuanto a Emilio Palacio dijo que èl mantiene un “odio enfermizo” en su contra.

Habló del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que está financiado por EE.UU y que no es parte de la Convención Interamericana de Derechos, además que de las ocho Relatorías de Derechos Humanos, la de Libertad de Expresión tiene informe y financiamiento independiente. “Es supremacía del capital frente a los derechos humanos”.

A su criterio, sí la CIDH propone que se despenalice las injurias “discutamos, pero no que nos tengan que imponer y que nos digan que sus instituciones son las únicas valederas”, ante lo cual ratificó: “La CIDH está tomada por la visión anglosajona”.

Otro problema que Correa encuentra en la CIDH es que hay “gente influenciada por las ONG, con la mentalidad infantil de Robin Hood”.

Criticó que en abril se realizará la Cumbre de las Américas, pero que no se le invita a Cuba, “¿cómo podemos hablar de los problemas de nuestra región si no se invita a todos los países?”, cuestionó. Insistió en la necesidad de crear un verdadero Sistema Interamericano de Derechos Humanos para la región.

Antes, en una rueda de prensa, el presidente Rafael Correa manifestó que sí tendría que enjuiciar de nuevo a quien lo injurie “lo haría”, pero recordó que en el caso de la querella que mantuvo en contra de los directivos y ex director de opinión de El Universo siempre estuvo presta la posibilidad de que el medio rectifique, pero que nunca lo hicieron.

Para Correa, quienes le injuriaron no respetaron la Convención de Derechos Humanos al no rectificar aquellas calumnias. “Hay que perderle el miedo a la prensa”, señaló, a la vez que dijo que esa entidad se inventó las medidas cautelares, que en el caso del juicio de El Universo “se inventó de su propio reglamento”.