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El Telégrafo

César Sacoto: “Sin denuncias no podemos actuar”

César Sacoto:  “Sin denuncias no podemos actuar”
28 de mayo de 2011 - 00:00

Hace dos semanas en la ciudadela Bellavista de Guayaquil se registró una fuerte explosión en un taller automotriz clandestino. El incidente ocasionó un herido y dejó en evidencia que existen estos lugares, en los que   ilegalmente se traspasa gas licuado  desde los cilindros  de uso doméstico hasta los tanques de los vehículos.

El director en Guayas de la Agencia de Regulación y Control de Hidrocarburos (ARCH),  César Sacoto, advierte a la comunidad la peligrosidad de estos negocios ilícitos. Pide a la ciudadanía que denuncien este tipo de locales para evitar accidentes mayores.

¿Exactamente   qué fue lo que ocurrió en Bellavista?

El   miércoles 18 de mayo en Bellavista, donde funcionaba una especie de garaje, hubo una explosión. Los funcionarios de Hidrocarburos que estuvieron en el sitio determinaron que  encontraron cinco carros, una docena de cilindros de gas y algunas mangueras, por lo que se presume que allí se procedía a realizar el trasvasije de los cilindros domésticos a los tanques estacionarios que están adosados a los carros. Es decir que los vehículos particulares que   no podían cargar en las estaciones de servicio, porque la ley lo prohíbe, iban a estos sitios para llenarlos con gas doméstico. Esta práctica habitual genera la saturación del gas licuado, porque   es más pesado que el aire, por lo tanto esos “poquitos” que se escapan   se acumulan en las partes bajas, en los rincones, debajo de los muebles y en un momento determinado, por cualquier chispa, explotan.

¿Las personas pueden percibir esa acumulación?

Eso sí se percibe, pero allí hay una  falta de atención o precaución de la vecindad  que, a veces, por una amistad mal entendida o   por temor no denuncia la situación. Este trabajo se ha hecho de manera clandestina, escondida y es, prácticamente, imposible para la autoridad detectarlo si no hay, por lo menos, una denuncia de quienes podrían ser los principales afectados, como       han habido  en el momento    que    ocurre una desgracia.

¿Qué acciones, tanto   la ciudadanía como   las autoridades, deben realizarse para evitar esto?

Lo que es la parte de la ciudadanía, la denuncia. Quiero enfatizar que el uso indebido del gas es un delito por lo que la ciudadanía puede denunciar en la Policía  y no, necesariamente,   en la Fiscalía y la Agencia de Hidrocarburos.

Como cualquier delito puede y debe ser denunciado ante la Policía. En cuanto a nosotros, como autoridad de Hidrocarburos, realizamos permanentemente operativos a los consumidores, a los usuarios, a los dueños de los automotores que van y utilizan este travasijado, que pone en peligro a la colectividad. Esto se realiza en la calle, cuando   transitan  los carros y nosotros no podemos ingresar a las viviendas, salvo que haya la orden de un juez para que un fiscal haga un allanamiento. Esas son las actividades, básicamente, de la ciudadanía y las autoridades necesarias para combatir permanentemente esta actividad ilícita que es la más peligrosa de los delitos que se cometen con gas. Puede presentarse el uso del gas en industrias, en restaurantes, pero este es el más peligroso porque genera las condiciones para que ocurra una  explosión.

¿Los usuarios recurren a este procedimiento para ahorrar dinero?

Es correcto. En el uso de este caso específico, las personas van porque hay una ventaja económica con relación a la gasolina, más que por el subsidio, porque la gasolina también está subsidiada. En los costos-beneficios, al menos en los inmediatos, estas personas se ahorran unos dólares. Hay que pensar si ese análisis es real, porque en el momento que ocurra lo que ya pasó habrá  carros destruidos y puede haber pérdidas humanas. ¿De qué sirve el ahorro? Más bien el llamado es para las vecindades, porque eso se percibe. El que vive por ahí difícilmente puede decir yo no me di cuenta. Suele suceder que por un mal sentido de la amistad, por miedo o porque no se percatan del peligro que   afrontan  no se hace la respectiva denuncia. Es como si viviera a lado de una fábrica de camaretas, es exactamente eso.  Es solo cuestión de tiempo para que esto explote.

En los controles que ustedes han realizado, ¿qué han encontrado, que tan común es esto?

Es menos común que en 2007 y 2008. Ha bajado sustancialmente, yo creo,   un 80%, sin embargo ese 20%  puede estar todavía utilizándolo. Estos porcentajes son solamente una conjetura informada, no hay ninguna estadística, porque el ciudadano que hace estas acciones las esconde. Pero mientras haya un solo carro que haga esto o un solo taller clandestino, siempre habrá el peligro de que ocurran explosiones, porque  estas son actividades que requieren condiciones técnicas y permisos de autorización. Me refiero al abastecimiento de gas que se hace en las gasolineras, allí hay condiciones especiales. La manipulación del combustible  requiere formación técnica.

¿Cuántos operativos realizaron el año anterior?

Se detectaron 37 taxis y 45 vehículos particulares que utilizaban gas. Se decomisaron 156 cilindros de gas en restaurantes, 497 cilindros en industrias y 552 en locales que clandestinamente comercializaban combustible. Solo en esta regional que incluye Guayas y parte de Los Ríos.

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