Cancillería defiende derecho a tener relaciones con Irán
El Gobierno de Ecuador instó al diálogo para solucionar las dificultades surgidas entre Washington y Teherán por el paso de la flota estadounidense en el estrecho de Ormuz, y rechazó las presiones que puedan alterar el orden internacional.
La Cancillería ecuatoriana, en un comunicado, también defendió su derecho a establecer relaciones soberanas con cualquier país del mundo, incluido Irán, cuyo presidente, Mahmud Ahmadineyad, visitará la próxima semana Quito, en una gira latinoamericana que incluye a Venezuela, Nicaragua y Cuba.
“Ante los hechos acontecidos en el estrecho de Ormuz, Ecuador llama a todos los países y partes involucradas a evitar cualquier acción, provocación o intervención que pueda desatar un enfrentamiento bélico”, dice el texto de la diplomacia ecuatoriana.
Asimismo, hizo un llamamiento a “un diálogo serio, que encuentre una solución al problema y consolide la paz”. Agrega que “la República de Irán se encuentra, en estos momentos, sometida a una fuerte presión por parte de ciertos países que utilizan estrategias de desinformación, intentando establecer la idea de que el programa nuclear iraní es una amenaza para la paz mundial e impone sanciones unilaterales”.
“En ese sentido -añade-, es importante aclarar que el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), según el cual ‘Irán estaría muy cerca de obtener’ su bomba, se basa en datos proporcionados por los servicios de inteligencia de los propios países que intentan aislar a ese país”.
Para el Ejecutivo ecuatoriano, “el informe no aporta ninguna prueba de que se esté desviando material radioactivo para alimentar un programa militar de estas características”.
“Por lo tanto -remarca la Cancillería ecuatoriana-, es el momento de que todos reflexionemos sobre la necesidad de encontrar caminos para un diálogo”.
Además, recordó que el Gobierno ecuatoriano “mantiene una política de respeto a la soberanía de los países y promueve la paz entre los pueblos”, por lo que “rechaza las presiones de tipo político, militar o económico a un país o varios países”.
Esas presiones, añade, “alteran el orden internacional” y “van contra la libre determinación de los pueblos”.