“Cambios serán viables si Ecuador suma apoyos”
Más allá de las propuestas, ¿qué se ha logrado, de momento, con las conclusiones en la reunión de Guayaquil?
La cita es el inicio de otras que deben realizarse. Lo importante es la discusión que empieza a darse a nivel diplomático y político para llevar adelante las reformas planteadas, algunas razonables, otras no tanto, pero al menos han sido estudiadas en base a fundamentos para que sean merecedoras de un debate amplio y desinhibido. Por el momento es especulativo, es ser agorero más que analista, anticipar lo que vaya a ocurrir.
¿Afectó en algo la poca presencia de altos representantes diplomáticos a la reunión?
Si bien es cierto que la reunión no tuvo la presencia de altos representantes de la diplomacia latinoamericana, de todas formas se llamó la atención y generó un debate sobre la forma y naturaleza de lo que se discutió. Fue una reunión que planteó temas importantes para el debate dentro de una organización que tiende a ser menos autocrítica como la Organización de Estados Americanos (OEA), que no ha tomado en serio su rol, o al menos de forma más enérgica; pero es interesante este tipo de debate, cualquiera que fuera el resultado.
¿Esa poca presencia merma el peso de las propuestas?
Esto es un indicador del nivel de compromiso; por una parte es un poco decepcionante, pero por primera vez se reúnen los Estados parte de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y eso es bastante llamativo, y más aún, que se han comprometido a someterse a las resoluciones que emanen de un documento determinado. Eso pone claramente el escenario de que los Estados buscan un mayor control sobre el rol que los organismos tienen que cumplir.
¿Qué tan difícil será que las propuestas sean acogidas en el seno de la OEA?
Eso es un trabajo de la diplomacia, vamos a ver qué ha cambiado, si puede cumplir la tarea de consolidar una propuesta real, eso es algo muy difícil de descifrar; lo que sí es destacable y significativo es la participación de los Estados parte, aunque no hubo presencia de altas autoridades y eso juega un poco a la contra; pero eso solo lo sabremos cuando haya el panorama claro por medio de la información y avances que los diplomáticos puedan hacer, eso es parte de los riesgos de la política internacional que tiene su propia dinámica, es más protocolaria y analítica.
¿Es viable la creación de un nuevo organismo latinoamericano si las propuestas no son acogidas en la OEA, como anunció el presidente Rafael Correa?
Será viable en la medida en que haya más países que lo apoyen, hay propuestas innovadoras y de vanguardia que apuntan a cambios radicales, pero se requiere de apoyo consensuado, si se lo hace de manera mancomunada tal vez haya una propuesta más fructífera.
¿Es posible entonces que se cristalicen esos cambios al Sistema Americano de Derechos Humanos?
Pueden pasar muchas cosas, puede que las propuestas de Ecuador tengan una gran acogida en Washington, donde se realizará la Asamblea de la OEA. (El presidente) Correa es un tipo pragmático e inteligente y no irá más allá de lo que pueda proponer, no irá en falso. Si cae, caerá de pie, pero eso lo veremos luego cuando se desarrollen y se consoliden estas propuestas en el marco de la OEA.