Billy Navarrete : “La gratuidad no va a cambiarlo todo”
La corporación cultural OchoyMedio se despidió ayer de las salas del MAAC Cine, después de otro año de programarlas. Este grupo quiteño ha sido uno de los grandes ejes del proyecto desde su creación en 2003. Pese a que un año (2008) no estuvo a cargo del espacio (la Espol asumió las riendas), la mayor parte de las películas proyectadas a lo largo de estos 8 años han sido elegidas bajo su responsabilidad y según su criterio. Sin embargo, la trayectoria no ha sido avalada por la cantidad de público en sus funciones. Según cifras de la Dirección Cultural Guayaquil del Ministerio de Cultura, en 2010 las proyecciones tuvieron un promedio de asistencia de 10 personas.
Esta falta de espectadores ha sido uno de los grandes baches por los que OchoyMedio ha tenido que pasar. Billy Navarrete, representante en Guayaquil de esta corporación, habla de su proceso a cargo de la sala. Además, explica que aún no se ha determinado si OchoyMedio volverá a participar en la nueva convocatoria para programador del MAAC Cine, que realizará durante abril.
Pese a la trayectoria del proyecto, el año pasado se hicieron funciones con un promedio de 10 personas, siendo la capacidad total 350. ¿A qué se debe esta falta de público?
Hay que estar consciente de que los procesos culturales son lentos. Antes de 2003 en la agenda cultural guayaquileña no existía casi nada. El MAAC, con todo lo que significa, se convirtió en un núcleo importante, un lugar simbólicamente clave.
Antes de ese pequeño intervalo en que entró a programar la Espol (en 2008) se tuvo la holgura y la novedad de ser la primera vez. Gracias a esto llegó mucho público, pero luego del intervalo, cuando volvió OchoyMedio a la sala, lastimosamente ha estado cruzada por decisiones equivocadas que han perjudicado al proyecto. Una de las más significativas fue el cambio del nombre. Fue un hecho simbólico que atentó contra la estimación de la sala.
Pero el proyecto sigue llamándose MAAC Cine, lo que cambió fue el nombre del centro cultural…
Pero está esa persistencia del espectador… el público se resiste a cambiarle el nombre a algo que tuvo su identidad.
Las entradas son más baratas que las de otros cines, pero aun así el público responde poco…
Es que esto no se lo puede ver aisladamente de un contexto cultural mucho más amplio, en donde en el campo de la cinematografía existe una apabullante campaña hollywoodense de poner entre ceja y ceja películas a los ciudadanos. Eso hace que este otro tipo de alternativas (como el cine arte) luchen contra eso, con un bombardeo extremo, intenso, permanente, de un aparataje mercantil que hace que los espectadores tengan casi la obligación de ver los filmes que promocionan.
¿La capacidad publicitaria del cine comercial, entonces, influye en la ventaja que tiene?
Sí, pero el problema va más allá. Fíjate, de todas maneras, que si tal vez teníamos en promedio diez espectadores por función, había iniciativas que iban generando otros espectadores. Una sala de estas necesita tener un canal muy fuerte y permanente con las universidades. Valerse de ese otro, no competir en la misma cancha del cine comercial porque es una batalla perdida. Hay que generar otro tipo de llegadas. Esa debe ser la tarea del próximo programador.
Relacionarse con universidades, colegios y otros circuitos…
Exacto, porque lo que se brinda ahí es enriquecimiento cultural. Va ligado a lo que pretenden las universidades, los colegios, las organizaciones sociales.
¿Usted cree que con la gratuidad (desde mayo todas las funciones serán gratis) va a ir más gente al MAAC Cine?
No, no, no… Para eso hay que generar, convocar, crear la costumbre. Lastimosamente se tiene la idea de que la gratuidad va a cambiarlo todo, pero lo que va a generar es una tarea bastante compleja para el nuevo programador. Y es con relación al nivel que tiene que mantener. Esta sala ha exhibido estrenos, ¿entonces, cómo lidia el programador con aquel distribuidor que quiere que le paguen? Y más allá de películas, eventos como los EDOC.
¿174 mil dólares anuales (cifra que designa el Ministerio de Cultura al proyecto) no alcanzan?
No. Creo que hay una extremada limitación con el presupuesto. Esta cifra le va a permitir programar a una institución grande, digamos una universidad, que tiene otras entradas y puede delegar tareas. Para una entidad pequeña como OchoyMedio le resulta casi imposible, si se quiere mantener el nivel.
¿El nuevo programador debería hacer un estudio de mercado para saber qué películas interesan al público y a la vez se conjugan con la esencia del proyecto?
El programador debe tener una línea editorial, no puede estar a expensas de los gustos del público. La gente admira la identidad propia y se adhiere o no a esa identidad.
¿OchoyMedio volverá a participar en la convocatoria para programador del MAAC Cine?
No lo sabemos aún. Estamos analizando las bases, pero de Guayaquil no nos vamos a desprender.
¿A qué se refiere?
A que de alguna manera OchoyMedio tendrá una participación en la ciudad, ya sea a través de un evento u otra sala.