Aminta Buenaño llega a Madrid para asumir embajada
La nueva embajadora de Ecuador en España, Aminta Buenaño Rugel, llegó este lunes a Madrid para asumir la jefatura de la legación de ese país sudamericano, según informó la oficina diplomática ecuatoriana.
Buenaño, que sucede en el cargo al embajador Galo Chiriboga Zambrano, presentará en breve ante el rey Juan Carlos I las cartas credenciales que la habilitan como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Ecuador.
Esta diplomática, además de escritora, periodista y activista por los derechos de los grupos minoritarios, ha sido también asambleísta del oficialista movimiento Alianza País.
Fue la mujer que obtuvo la votación más alta a nivel nacional en las elecciones celebradas en 2007 para la Asamblea Constituyente del Ecuador, de la que fue su primera Vicepresidenta. En las generales de 2009 fue elegida con más de 400.000 votos por la provincia del Guayas.
Buenaño Rugel participó en la redacción de la Nueva Constitución en la que promovió la inclusión de los derechos de la mujer a la equidad y paridad de género y logró el reconocimiento del Pueblo Montubio, la minoría más numerosa de Ecuador.
En el terreno de la literatura, Buenaño ha publicado "Cantos de Amor y Juventud" (poesía 1976), "La mansión de los sueños" (cuento 1984), "La otra piel" (cuento 1992), "El discreto encanto de lo cotidiano" (periodismo literario 2004) y "Mujeres divinas" (relato 2006).
Su obras más recientes son "Virgen de medianoche" (compilación de relatos 2010) y "Si tu mueres primero" (novela 2011).
Ha colaborado, asimismo, con artículos de opinión y reportajes especiales en varios diarios.
Aminta Buenaño ha sido galardonada con el Primer Premio Nacional de Cuentos (1978) convocado por el Diario El Tiempo, de Quito; el Primer Premio de Cuento (1979) de la Caja de Ahorros de la ciudad española de Valladolid, y el Premio de Cuentos (1979) de San Sebastián, también en España.
Tiene en su haber además el Premio de la Primera Bienal de Cuento Ecuatoriano "Pablo Palacio" (1991) de Quito y el Segundo Premio al Mejor Reportaje del Año (1991) Convocado por el Diario El Comercio, de Quito.