En las elecciones del próximo 17 de febrero, 554.888 adolescentes, de entre 16 y 18 años, podrán ejercer su derecho al voto. Aunque es facultativo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) los incluyó, desde  2009, en campañas de concienciación sobre la importancia de su participación política.    

El ente electoral, el Consejo Consultivo Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes y el Instituto de la Democracia lideran la iniciativa nacional  “Caigamos a votar”, con el objetivo de promover el voto consciente y responsable.

La campaña, que concluyó esta semana,  se realizó en las 24 provincias del país. Contó con la participación de 1.945 instituciones educativas fiscales, fiscomisionales y municipales, y logró capacitar a 365.202   jóvenes.

Paralelamente a “Caigamos a votar” y con los mismos estudiantes se efectuó el plan “Mírame a los ojos otra vez”,  iniciativa que  nació en 2006, pero que este año el  CNE la aprobó como parte de la Cuarta Consulta Nacional de la Niñez y Adolescencia.

Los resultados de la cuarta consulta se presentaron ayer en el Salón de la Democracia del CNE (ver nota adjunta). El proyecto recoge 10 propuestas a favor de los derechos de la niñez y la adolescencia, así como a  la comunicación de calidad, a la salud, a la participación protagónica, a la justicia especializada, entre otras.

Ahí se entregará  a los candidatos a la Presidencia el documento para que lo pongan en práctica, en su eventual gobierno.
 

Miguel Zambrano, presidente del Consejo Consultivo Nacional de la Niñez y Adolescencia (Ccnna), explicó que “esta campaña busca que los candidatos conozcan las necesidades de los niños y adolescentes, se busca que  sean escuchados”.

Las autoridades del Ccnna destacan  que por primera vez participará en los próximos comicios un número tan alto de electores adolescentes, puesto que 400.000 lo hicieron en la consulta popular de 2011.  

El colegio municipal Sebastián de Benalcázar  fue parte de “Caigamos a votar”. Su rector, Oswaldo Caviedes, calificó de vital importancia a la campaña.  “Este es un acto de responsabilidad”, destacó.

Darío Terán,  miembro del colectivo Etsa, advirtió que su grupo está pendiente de exigir y revisar que los candidatos integren en sus planes de gobierno a los menores de edad. Considera que el apoyo del CNE,  respecto al voto facultativo de adolescentes, fue de gran  importancia política en cuanto a   la reivindicación de sus  derechos. Aunque aclaró que todavía queda mucho por hacer en temas de participación.

Adolescentes, parte de las mesas electorales

Katerin Intriago, estudiante de tercer año de bachillerato del colegio Napoleón Dillon, es miembro de una Junta Receptora del Voto (JRV). Considera que ser parte de una mesa electoral conlleva un gran compromiso. “Estoy segura de que de nosotros  depende la transparencia de las elecciones”.

Por primera vez participarán 43.593  adolescentes, quienes  fueron tomados en cuenta para ser miembros de  las mesas electorales, aunque en calidad de suplentes.

Fabián Carrera, rector del  Dillon, señaló que 75 de sus estudiantes serán parte de las JRV.  “Ahora, ser parte del proceso electoral es una acción de práctica, ya no solo estamos en la teoría; el que los chicos tengan una participación directa en las votaciones los  hace visibles a sus derechos”, expresó. 

Quienes han sido designados miembros de las JRV  deberán asistir a las capacitaciones que imparte el  CNE, que aún no tiene determinado el número de adolescentes que formará parte del proceso. 

La consejera del CNE, Nubia Villacís, explicó que el pleno del organismo decidió que los jóvenes ocupen la categoría de miembros secundarios de las JRV, por el grado de responsabilidad que implica esta obligación.

 Josellin Paguay, estudiante del colegio Eloy Alfaro, ubicado  al norte de Quito, dijo que votará en estas elecciones porque  los jóvenes tienen  la capacidad de elegir a los futuros gobernantes del país. “Esta es la primera vez que voy a sufragar, lo hago porque es mi  derecho. Sé que  el lograr que participemos en las elecciones es un acto de democracia”, resaltó.