Académicos debatieron sobre la inicativa Yasuní ITT
El evento contó con la presencia de los catedráticos Rafael Burbano, matemático por la Escuela Politécnica Nacional e investigador en economía y medio ambiente; Verónica Artola, máster en Economía y docente de la Universidad Católica de Quito, y Santiago Ron, biólogo y PhD en Evolución, Ecología y Comportamiento por la Universidad de Texas; los tres reconocidos por sus aportes teóricos a la iniciativa.
Así, Burbano señaló que lo mejor que puede realizar el Gobierno es dejar el petroleo bajo la tierra del Parque Nacional Yasuní, tomando como base el Análisis Multicriterial, un libro que publico junto a otros especialistas, entre ellos el titular de la Secretaria Nacional de Planificación (Senplades).
El docente asevero que al momento de iniciar con la idea de mantener el crudo bajo tierra, se realizó un análisis de costo-beneficio de la iniciativa, en el que se concluyó que la factibilidad del proyecto es real.
El matemático realizó dos tipos de análisis, uno de impacto y uno de equidad. En el primero recogió la información cualitativa y cuantitativa de los criterios de evaluación realizados antes de planificar la iniciativa, para obtener soluciones técnicas. Por otra parte, en el segundo, se capturó las opiniones de los actores sociales frente a las alternativas A (no explotar el hidrocarburo), B (extraerlo de los campos Tambococha y Tiputini TT) y C (explotar todo el ITT).
Al momento, los autores del Análisis Multicriterial esperan realizar un segundo tomo del libro partiendo de un trabajo de campo que realizarán junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para identificar las necesidades de los actores sociales que habitan la zona del ITT.
En este contexto, destacó que el plan C definitivamente no será puesto en marcha, y que el país y el mundo saldrán ganando con el plan A, que es el de mayor prioridad para el Gobierno.
Una segunda intervención la realizó Artola, quien señaló los beneficios económicos que tendrá el país en caso de llevarse a cabo la iniciativa.
Si el Gobierno se decide por la extracción hidrocarburífera de la zona, recibiría un beneficio de aproximadamente 7.250 millones de dólares, pero si es que no lo explota, la emisión evitada de 407 millones de toneladas de CO2, las ganancias serían de 8.070 millones de dólares, de acuerdo al precio vigente del mercado ETS europeo, de 19,81 dólares por tonelada de gas contaminante.
"La iniciativa se enmarca dentro del Sumak Kawsay y plantea cambios en la generación de riqueza para el país basado en una economía no petrolera y en la aplicación de un principio de responsabilidad intergeneracional", afirmó Artola.
Finalmente, le llegó el turno de intervenir a Santiago Ron, quien destacó que ya en 1994 el ex presidente Sixto Durán Ballén arrancó con la explotación petrolera de zonas aledañas al Parque Nacional Yasuní con el inicio de operaciones del Bloque 16, "entonces nadie habló de impacto ambiental, nadie dijo nada", afirmó.
El experto explicó, por medio de imágenes satelitales, que la llegada de la mano del hombre occidental a la Amazonia ha sido la causante de la mayor parte de catástrofes ecológicas en la zona, pues el verdor de los bosques se ha ido perdiendo alrededor de las carreteras y fincas de producción ganadera.
Incluso señaló que esa falta de verdor ya se hace evidente dentro del Parque Nacional debido a una carretera de aproximadamente 50 kilómetros que une a las poblaciones de Pompeya e Hiro, que fue construida para las extracciones del Bloque 16.