$680 millones costó reestructuración de las Fuerzas Armadas
Para el ex ministro de Defensa, Miguel Carvajal, el Ejército en estos seis años recuperó la capacidad operativa, gracias a la intervención del Estado ecuatoriano.
La entidad conmemoró ayer 184 años de la Batalla de Tarqui, ocurrida el 27 de febrero de 1829, además se recordaron el Día del Civismo y de la Unidad del Ejército y la Fuerza Terrestre. En el marco de la ceremonia se posesionó al nuevo comandante de la entidad, Jorge Peña Cobeña.
Carvajal manifestó que entre 2003 y fines de 2006, el promedio en el tiempo de duración de los comandantes era solo de siete meses, pese a que la norma fija ese lapso en dos años. Según el asambleísta electo, esto ocurrió por “el irrespeto a la institucionalidad democrática del país y de las Fuerzas Armadas”.
Culpa de aquello a gobiernos como el del ex presidente Lucio Gutiérrez. “En el período neoliberal se dio un manejo arbitrario de gobiernos populistas que banalizaron la gestión pública”, recordó. Por ello “las gestiones del Gobierno actual buscan la reinstitucionalización democrática del país, salvo casos excepcionales, siempre se buscó mantener la estabilidad del mando”.
De 2010 a 2012, por ejemplo, estuvo al frente del Comando Conjunto el general Ernesto González (Ejército), quien fue sustituido por Leonardo Barreiro (FAE), ahora está en funciones. Antes, desde 2008 hasta 2010, el general Fabián Varela ocupó dicho cargo.
Carvajal detalló que González, previamente, estuvo dos años al frente del Ejército, y que “esto redunda en el fortalecimiento de la institucionalidad de planes, programas y en los procesos de recuperación operativa”.
Para el ex funcionario, en 2006, cuando el presidente Rafael Correa asumió el poder se encontraron “con un panorama nefasto”.
Contó que la capacidad operativa de la Fuerza Terrestre, al igual que la Aérea y Marina, estaba muy disminuida, lo que se evidenció en el ataque de Angostura (2008) “en donde Ecuador solo tenía un aparato como transporte aéreo, ahora tenemos 13 helicópteros de transporte militar”.
A finales del año anterior, la entidad recibió el segundo helicóptero que reemplaza a la flota de aviación militar; son aeronaves para uso múltiple en la defensa y seguridad interna. En febrero de este año, el Ejército recibió 100 vehículos Hummer. Solo en esta inversión, el Estado ahorró 2’167.600 dólares.
En 2010, el Gobierno destinó 398 millones de dólares para el equipamiento del Ejército ecuatoriano. Sin embargo, en 2012, el Jefe de Estado precisó que el proceso de reestructuración de las FF.AA. en conjunto ha significado el desembolso de 680 millones de dólares.
Para el general retirado Fabián Varela, quien fue comandante de las FF.AA., todas las entidades militares avanzan porque tienen su planificación institucional y operacional clara. “Conforme a la existencia de los recursos ha habido cierto apoyo a la institución para su quehacer diario y el desenvolvimiento de las misiones operativas”, dijo.
Sin embargo, precisó que “los materiales siempre serán insuficientes porque el país no tiene el dinero para atender todos los requerimientos que la entidad tiene, entonces, no es que están suplidas todas las necesidades y eso es bastante difícil porque material bélico significa muchos, muchos recursos económicos”.
Para Varela, actualmente las Fuerzas Armadas y el Ejército están claros que se deben al Estado ecuatoriano. “Así como la parte militar es respetuosa del poder político y de la decisión del pueblo, también esperamos que ese respeto sea de doble vía, es muy necesaria aquella reciprocidad”, acotó.
El catedrático Lautaro Ojeda considera que las Fuerzas Armadas durante estos años han obtenido beneficios como los salarios, que “pone muy por encima de carreras profesionales liberales”, en donde la jubilación, por ejemplo, llegaría a ser hasta tres veces más a la que recibe un civil que trabajó 20 ó 30 años. “Están en uno de los niveles más altos de jubilación no solo en Ecuador, sino en América Latina y esto tiene que ver con estabilidad”, dijo. Aquello también se evidencia a nivel regional en la inversión en armas y equipamiento, aseguró.
Por su parte, el ex ministro de Defensa, Javier Ponce, precisó que antes de que Correa asumiera la presidencia, en enero de 2007, un soldado percibía mensualmente 300 dólares y un subteniente 407 dólares. Ahora ganan 885 y 1.387, respectivamente.
Sin embargo, Ojeda señaló que la intervención de las FF.AA. en seguridad interna es una decisión equivocada e inconstitucional y que para aplicarla se deberían realizar reformas en la Ley de Seguridad Nacional y Constitución para que se amplíe la misión de la institución.
VERA CONFIRMA QUE DEJA EL EJÉRCITO POR ASCENSO DE CORONELES
Marco Vera, comandante del Ejército, saliente, dijo ayer que presentó su disponibilidad al cargo para que las autoridades competentes puedan tomar la mejor decisión en cuanto a la resolución del Consejo Supremo de las FF.AA., respecto a la apelación de tres coroneles que buscan su ascenso a generales.
Dijo que la resolución fue tomada por unanimidad por el Consejo de Generales de la Fuerza Terrestre que determinó la imposibilidad legal del ascenso. “Confiamos que aquellas decisiones serán las correctas en las normativas, los procedimientos y la ética institucional, por la institucionalidad de las FF.AA. y el respeto a quienes respetaron el honor y la gloria que hoy celebramos”, dijo Vera en el marco de la ceremonia por la conmemoración de la Batalla de Tarqui, que se desarrolló en Parcayacu.
Vera manifestó que sus acciones al mando de la entidad estuvieron encaminadas al fortalecimiento de las capacidades operativas, a fin de cumplir las tareas de seguridad interna y mejorar la capacitación del personal. Enfatizó que sus esfuerzos se centraron en la reestructuración y rediseño de las funciones del Ejército, las mismas que “deberán continuar”.
La ministra de Defensa, María Fernanda Espinosa, lamentó que exista una prensa que busca confundir a los uniformados.