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Grandes plumas: Augusto Arias Robalino
Inédito
No será la oda bárbara como aquella que oíste
a un poeta viril, un día, en Barranquilla,
ni el verso de Camín, de noche alegre y triste
para sorber como un trago fuerte de manzanilla.
Compadre Juan te han dicho los poetas
en tratamiento afable, compadre Juan sin Miedo,
cuando tiras los dados jugandote la anécdota,
cuando tiras la capa en la mitad del ruedo,
cuando afilas la espada contra el relámpago del oro,
cuando te arrimas al balcón de Guanajuato
por ver pasar la caravana charra,
y cuando arrimas, tigre, el asombro de tu cara
al criollo marfil de los cuernos del toro.
No quiero hablar del bravo Juan sin Miedo:
sabe bastante de su alma la pistola.
Presa en su cinto duerme con un sueño de hierro
y conversar ella sola las hazañas de Juan sin una herida mala.
Más le gustó el taurino fulgor de la amapola
de sangre, que la llama sonora de la bala.
Algo más del personaje
Sus contribuciones a periódicos y revistas
Publica una revista en su juventud: El Crepúsculo.
En 1926 figuró entre los fundadores del semanario político de izquierda La Antorcha.
En 1933 colaboró en Semana Gráfica de Guayaquil, la mejor revista ilustrada del país en mucho tiempo. Allí apareció su biografía en la columna “Siluetas” que mantenía José de la Cuadra para las prisas del periodismo, llena de apreciaciones valiosas para el arte de Arias.
En 1946 fue ampliado para el vespertino Últimas Noticias de Quito.
Fue uno de los integrantes del Grupo América y de la Academia Nacional de Historia.
Colaboró con los diarios El Comercio, de Quito; El Tiempo, de Bogotá; La Nación, de Buenos Aires.
Fundó la revista La Idea.